Marina y la magia del río



Había una vez, en el hermoso río Uruguay, una sirena llamada Marina. Era la más hermosa de todas las sirenas y tenía una voz encantadora que podía hacer que todos los animales del río se detuvieran a escucharla.

Marina era muy curiosa y siempre estaba explorando nuevos lugares del río. Un día, mientras nadaba cerca de la orilla, vio a un grupo de niños jugando y riendo en la playa.

Quiso acercarse a ellos para conocerlos, pero sabía que los humanos tenían miedo de las sirenas. Decidida a romper esa barrera de miedo, Marina decidió transformarse en humana para poder interactuar con los niños sin asustarlos.

Con su magia especial, se convirtió en una niña llamada Martina. Martina se acercó tímidamente al grupo de niños y les dijo: "¡Hola! ¿Puedo jugar con ustedes?". Los niños quedaron sorprendidos al ver a Martina y algunos comenzaron a alejarse por miedo.

Pero uno de ellos, llamado Tomás, le sonrió amigablemente y le respondió: "Claro que sí, ¡bienvenida!". A medida que pasaban los días, Martina se hizo amiga de todos los niños e incluso aprendió algunas palabras nuevas.

Les enseñó sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y cómo mantener limpio el río Uruguay para proteger a los peces y otros animales marinos. Un día, mientras exploraban juntos el río Uruguay en un bote pequeño, Tomás cayó al agua debido a un fuerte oleaje.

Martina rápidamente volvió a ser Marina, la sirena, y nadó hacia él para rescatarlo. Con su fuerza y agilidad, lo llevó de regreso al bote sano y salvo.

Los niños quedaron asombrados al ver a Marina en su forma original. "¡Eres una sirena!" exclamó Tomás emocionado. Marina sonrió y le dijo: "Sí, soy una sirena que se convirtió en humana para poder hacer amigos como ustedes".

A partir de ese día, los niños aprendieron el valor de la amistad y la importancia de aceptar a las personas tal como son. Aprendieron también sobre el cuidado del medio ambiente y prometieron mantener limpio el río Uruguay.

Martina siguió visitando a sus amigos humanos regularmente, pero siempre recordándoles que era importante proteger el río y todos los seres vivos que habitaban en él.

Y así, gracias a la valentía y curiosidad de Marina, los niños descubrieron un mundo nuevo lleno de magia e inspiración en las profundidades del río Uruguay.

FIN.

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