Mario en la Aventura del Bosque Encantado



Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Mario que soñaba con grandes aventuras. Siempre miraba hacia el bosque que se encontraba al borde del pueblo, lleno de árboles altos y misteriosos, y se preguntaba qué secretos podría guardar.

Un día, mientras exploraba cerca del bosque, Mario encontró un mapa viejo tirado entre las hojas. Al acercarse, vio que estaba dibujado a mano y marcaba un camino que llevaba a un lugar llamado la "Fuente de los Sueños". "¡Esto parece una aventura!"- se dijo a sí mismo emocionado.

Sin pensarlo dos veces, decidió seguir el mapa. Al llegar al primer cruce, se encontró con un viejo roble que parecía hablarle.

"Hola, pequeño aventurero. ¿A dónde te dirigís?"-

"Voy a la Fuente de los Sueños. Sigo este mapa que encontré"-, respondió Mario.

"Cuidado, joven! En el camino podrías encontrar varios desafíos. Recuerda, siempre es más fácil si ayudas a otros."

Mario asintió, sintiéndose más valiente. Continuó su camino hasta que se topó con un pequeño zorro atrapado en unas ramas.

"¡Ayuda!"- gritó el zorro.

"No te preocupes, zorrino, te ayudaré"-, dijo Mario. Con cuidado, desató al zorro.

"Gracias, amiguito!"- exclamó el zorro. "Soy Zuki, y me alegra que me hayas ayudado. A cambio, te enseñaré el camino correcto a la Fuente de los Sueños"-.

Mario estaba feliz de tener un nuevo amigo. Juntos avanzaron hasta que llegaron a un arroyo.

"No puedo cruzar, el agua está muy fría"-, dijo Zuki, mirando con tristeza.

"Yo lo haré"-, dijo Mario. Usando unas piedras planas, logró construir un puente

"¡Increíble! Sos muy ingenioso, Mario! Vamos, crucemos juntos"-.

A medida que avanzaban, el camino se volvía más complicado, hasta que se encontraron con un gran troll que bloqueaba un paso.

"¡Nadie puede pasar sin resolver una adivinanza!"- rugió el troll.

Mario se sintió nervioso, pero decidido a no rendirse, escuchó atentamente la adivinanza.

"¿Qué es algo que siempre avanza, pero nunca se mueve?"-

Mario pensó un momento.

"¡El tiempo!"-, gritó.

El troll se rió a carcajadas y dijo: "¡Eres muy astuto, niño! Pueden pasar"- mientras se apartaba al lado.

Finalmente, después de muchos desafíos y ayudando a otros en el camino, Mario y Zuki llegaron a la Fuente de los Sueños. Era un lugar mágico, con un agua brillante que reflejaba todos los colores del arcoíris.

"Lo logramos, Zuki!"- exclamó Mario.

"Gracias a tu bondad y valentía. Siempre que ayudes a alguien, estarás más cerca de tus sueños"- dijo el zorro.

Mario decidió que no solo quería cumplir su propio sueño de aventura, sino que también deseaba ayudar a otros. Con su corazón lleno de alegría, pidió a la fuente que le diera la fuerza para seguir ayudando a los demás en su camino.

De regreso a casa, Mario parecía diferente. Ahora sabía que cada pequeña acción de bondad llevaba a nuevas oportunidades. El bosque ya no era solo un lugar misterioso; era un lugar de aventuras, amistades y lecciones importantes.

A partir de ese día, Mario no dudó en ayudar a sus vecinos y amigos, recordando siempre que las aventuras más grandes nacen del deseo de hacer el bien. Y así, Mario se convirtió en el héroe de su pueblo, enseñando a todos que a veces, la verdadera aventura está en la bondad y la amistad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!