Mariposa a París


. Federica estaba emocionada, no podía esperar a ver a su prima Helena. Habían estado hablando por video llamadas y bailando juntas cada vez que tenían la oportunidad, pero nada se comparaba con estar juntas en persona.

Mientras tanto, Helena estaba ocupada explorando París con sus padres. Habían visitado la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo y el Museo de Louvre. Pero aunque disfrutaba de la ciudad, también ansiaba ver a Federica.

Un día, mientras Federica caminaba por el parque cerca de su casa, encontró una hermosa mariposa atrapada en una telaraña. "Oh no", dijo Federica preocupada. "¡Debo ayudarla!".

Con mucho cuidado desenredó las delicadas alas de la mariposa y la dejó volar libremente hacia el cielo azul. La mariposa revoloteó alrededor de Federica antes de desaparecer entre los árboles. De repente, un fuerte viento comenzó a soplar y un remolino se formó frente a ella.

Cuando finalmente se disipó, había algo extraño en el aire: ¡era un billete de avión para París!"¿Qué significa esto?", pensó Federica confundida. Pero sabía lo que tenía que hacer: llamar inmediatamente a Helena para contarle sobre su descubrimiento mágico.

"¡Hola Helena! ¡Tienes que escuchar esto! Acabo de encontrar una mariposa atrapada en una telaraña y cuando la liberé apareció este billete mágico para ir a París!""¿En serio? ¡Qué mágico!", respondió Helena emocionada.

"¡Sí! ¡Podemos vernos en persona y explorar la ciudad juntas!" dijo Federica con entusiasmo. Helena estaba igualmente emocionada. Aunque no entendía cómo un billete de avión podía aparecer de la nada, sabía que era una señal de que debían reunirse lo antes posible.

Cuando finalmente se encontraron en París, corrieron hacia los brazos del otro y comenzaron a reír y bailar juntas, como siempre habían hecho por video llamadas.

Mientras exploraban la ciudad juntas, también se dieron cuenta de algo importante: aunque vivían en diferentes partes del mundo, todavía podían ser cercanas. Y no importaba cuánto tiempo pasara entre sus encuentros, siempre estarían conectadas como primas y amigas para siempre.

La historia de Federica y Helena es un recordatorio para todos nosotros sobre la importancia de mantener las conexiones con nuestros seres queridos, incluso cuando estamos separados geográficamente. La amistad verdadera puede superar cualquier distancia.

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