Mariposa y el Jardín de Sueños



En un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores, vivía una pequeña mariposa llamada Lila. Lila era conocida por su brillante colorido y su espíritu aventurero. Un día, mientras exploraba entre las flores, se encontró con un grupo de insectos que parecían muy preocupados.

"¿Qué les pasa?" - preguntó Lila con curiosidad.

"Estamos tristes porque la flor de la que todos dependemos se está marchitando" - respondió una mariquita llamada Lola. "Sin esa flor, nuestro hogar no tendrá el mismo brillo y alegría."

Lila, conmovida por la situación, decidió ayudar a sus nuevos amigos. "¡Voy a buscar la manera de salvar la flor!" - exclamó.

De inmediato, empezó a volar por el jardín, preguntando a cada insecto que encontraba. Primero se acercó a Don Gato, el viejo y sabio gato del jardín.

"Don Gato, tú que sabes tanto, ¿cómo puedo ayudar a la flor de la que dependen mis amigos?"

"Las flores necesitan cuidado y amor. Tal vez deberías hablar con Maruja, la abejita, ella siempre tiene buenas ideas" - sugirió Don Gato.

Así que Lila voló hasta la colmena donde vivía Maruja.

"Maruja, necesito tu ayuda. La flor del jardín está marchitándose y mis amigos están preocupados. ¿Qué podemos hacer?"

"¡Oh no! Necesitamos polen y luz del sol. Pero la flor también necesita un buen refugio. Tal vez, podríamos unir a todos los insectos para ayudarla" - respondió Maruja emocionada.

Lila y Maruja se pusieron en acción. Juntas, comenzaron a reunir a todos los insectos del jardín: a los escarabajos, a las arañas, a las hormigas, y hasta a los saltamontes.

"¡Escuchen todos!" - gritó Lila. "La flor del jardín necesita nuestra ayuda. Si trabajamos juntos, podremos salvarla!"

Los insectos se miraron entre ellos, un poco escépticos.

"Pero somos tantos y la tarea parece difícil" - dijo un saltamontes tímido.

"¡Pero si trabajamos juntos, podemos lograrlo!" - insistió Maruja. "Cada uno puede aportar algo distinto".

Entonces, los insectos comenzaron a poner manos a la obra. Las abejas trajeron el polen, las arañas tejieron pequeñas redes para proteger la flor del viento, y las hormigas recolectaron agua. Lila voló en círculos, quitando las hojas secas que obstaculizaban que la luz del sol llegara a la flor. Todos estaban entusiasmados trabajando juntos.

Sin embargo, un día, una tormenta se desató, amenazando con llevarse todo el esfuerzo que habían hecho. Lila, temerosa, buscó refugio bajo un gran árbol.

"¡No podemos rendirnos así!" - gritó Lila entre truenos y relámpagos. "Debemos proteger nuestra flor hasta que pase la tormenta!"

Los insectos se reunieron otra vez, buscando cómo refugiar a la flor.

"¡Yo tengo una idea!" - propuso un escarabajo. "Podemos sostenerla con nuestras patas, todos juntos, como un escudo!"

Mientras la tormenta azotaba el jardín, todos los insectos se unieron y formaron un círculo alrededor de la flor. Con mucho esfuerzo y valentía, protegieron la delicada planta hasta que la tormenta finalmente cesó.

Cuando el sol volvió a brillar, Lila y sus amigos vieron que la flor ya no lucía marchita, sino que se había llenado de vida nuevamente.

"¡Lo logramos!" - gritó Lila, entusiasmada.

"¡Gracias a todos por su valentía y esfuerzo!" - dijo Maruja. "Este jardín es más brillante porque todos nos unimos para cuidarlo!"

Desde entonces, Lila entendió el poder de la colaboración y la amistad. El jardín floreció y se volvió un lugar aún más hermoso, lleno de risas y colores. Y cada vez que alguien preguntaba a Lila sobre su gran aventura, ella siempre sonreía y decía:

"Nunca subestimen el poder de trabajar juntos por un mismo sueño."

Y así, Lila continuó volando por el jardín, conociendo nuevas flores y nuevos amigos, siempre dispuesta a ayudar y recordar lo maravillosa que puede ser la amistad y la unión.

FIN.

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