Mariposa y el Sabor del Pasado



En un futuro no tan lejano, donde las estrellas brillaban más que nunca y los humanos habían colonizado la Luna, vivía una pequeña nena llamada Mariposa. A pesar de tener 8000 años, su apariencia era la de una niña curiosa y juguetona. Mariposa tenía un gran problema: no le gustaba la comida del futuro.

La comida del futuro era todo un avance tecnológico. Había hamburguesas de sintetizador, helados de sabores inigualables y platos que cambiaban de color con solo mirarlos. Pero a Mariposa eso no le apetecía. Siempre anhelaba los sabores simples y reconfortantes de la comida de su infancia, aunque eso fuera hace unos 8000 años.

Un día, frustrada porque sus amigos solo hablaban de la última hamburguesa cromática, decidió salir a explorar la Luna. "Quizás haya algo que me recuerde a mi hogar", pensó Mariposa mientras se ponía su antigravedad.

Mientras caminaba entre cráteres y polvo lunar, Mariposa se topó con un grupo de seres extraños. Eran los Lunis, unos pequeños habitantes que hacían su hogar en las cavernas de la Luna. "Hola, visitante", dijeron en coro.

"¡Hola! Soy Mariposa. ¿Qué hacen aquí?", preguntó entusiasmada.

"Estamos recolectando ingredientes para preparar nuestra comida especial", dijeron los Lunis, saltando con alegría.

Mariposa se acercó, intrigada. "¿Comida especial? ¿A qué sabe?"

"Es comida de la Tierra originalmente", explicó uno de los Lunis, mientras señalaban una planta que brillaba en la oscuridad. "Las semillas fueron traídas por viajeros de otros mundos y logramos cultivarlas aquí. Pero han pasado tantos años, ya casi no hay más.”

La idea de probar algo de la Tierra despertó una chispa en el corazón de Mariposa. "¿Puedo ayudar?", preguntó con entusiasmo. Los Lunis sonrieron, y juntos comenzaron a recoger ingredientes, creando un pedido especial de comida de la Tierra.

Mientras cocinaban, Mariposa compartía historias de su infancia. "A mí me encantaba la milanesa con puré..."

"¿Milanesa? ¿Qué es eso?", preguntaron con curiosidad los Lunis.

"¡Es algo delicioso! Una forma de carne empanizada...", comenzó a describirla, sintiendo que su nostalgia viajaba en cada palabra.

Los Lunis estaban fascinados. Se dieron cuenta de que Mariposa poseía un conocimiento invaluable sobre sabores que habían desaparecido en su mundo.

Finalmente, tras una larga espera, el platillo estaba listo. Al probar la comida que habían creado juntos, los Lunis brincaron de alegría. "¡Es increíble! ¡Es pura felicidad!", exclamaron.

Mariposa sintió una calidez en su corazón. "Esto es lo que he estado buscando, el sabor de la amistad, la historia y lo que nos une", dijo con una gran sonrisa.

Con el tiempo, Mariposa y los Lunis establecieron una rica tradición de intercambiar recetas. Mariposa enseñó a los Lunis platos de su infancia, mientras ellos le mostraron cómo adaptar los sabores en la Luna. Juntos, aprendieron que la comida no solo era sustento, sino una forma de conectar y celebrar su diversidad.

Y así, en medio de un futuro lleno de invenciones, Mariposa descubvió que a veces lo que más anhelamos se encuentra en los lugares menos esperados. No importaba si la comida era futurista o del pasado; lo realmente importante era la magia de compartir, crear y recordar juntos.

Mariposa nunca volvió a sentir que estaba sola con sus anhelos, y la Luna se convirtió en un lugar lleno de color y sabor porque la amistad siempre encontró la forma de florecer entre las estrellas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!