Mariposas doradas


Había una vez un pequeño pueblo llamado "Flores de Oro", rodeado por hermosos campos de flores amarillas y doradas. En este pueblo vivía una niña llamada Ana, quien amaba la naturaleza y pasaba sus días explorando los alrededores.

Un día, mientras caminaba por el campo, Ana se encontró con un extraño árbol. Era alto y frondoso, pero lo que más llamó su atención fueron las hermosas mariposas de oro que revoloteaban a su alrededor. Ana no podía creerlo.

Las mariposas eran tan brillantes como el sol y parecían estar hechas completamente de oro puro. Sin pensarlo dos veces, decidió atraparlas para llevárselas a casa.

Pero cuando intentó agarrar una de las mariposas con sus manos, esta se escapó volando hacia el bosque cercano. Ana corrió tras ella hasta llegar a un claro en medio del bosque donde había una anciana sentada en un tronco.

"¿Por qué persigues a estas maravillosas criaturas?", preguntó la anciana. "Porque son hermosas y quiero tenerlas todas para mí", respondió Ana sin pensar en las consecuencias.

La anciana sacudió la cabeza con tristeza antes de decir:"Las mariposas de oro son seres especiales que traen buena fortuna y prosperidad a aquellos que las respetan y cuidan. Si las capturas o hieres, solo traerás mala suerte sobre ti misma".

Ana reflexionó sobre lo que dijo la anciana y se dio cuenta de lo egoísta e insensata que había sido. Decidió liberar a las mariposas y prometió cuidar de ellas siempre. A partir de ese día, Ana visitaba el árbol y las mariposas regularmente para asegurarse de que estaban bien.

Con el tiempo, su amor por la naturaleza creció aún más y decidió convertirse en guardabosques para proteger a todas las criaturas del bosque. Gracias a su dedicación y bondad, Ana se convirtió en una heroína local amada por toda la comunidad.

Y aunque nunca volvió a ver las mariposas de oro, siempre recordaría la lección que aprendió sobre el valor de respetar y cuidar la naturaleza.

Dirección del Cuentito copiada!