Marisol, la flor que quería volar


En un hermoso jardín, vivía una pequeña flor llamada Marisol. A diferencia de las demás flores, Marisol no estaba contenta con solo estar enraizada en el suelo. Ella soñaba con volar como las mariposas que revoloteaban a su alrededor.

"¡Quiero despegar y volar, quiero ver el mundo desde arriba, sentir el viento acariciando mis pétalos!"- le decía a sus amigas las abejas. Pero estas solo se reían y le decían que las flores estaban destinadas a permanecer en el suelo.

Marisol se sentía triste y desanimada. Un día, una mariquita llamada Lola escuchó a Marisol hablando de su deseo de volar. "No te preocupes, Marisol. Yo conozco a alguien que puede ayudarte", le dijo Lola con una sonrisa.

La mariquita la llevó a conocer al sabio búho del bosque, quien le dijo a Marisol que para poder volar, necesitaba creer en ella misma.

"Tienes que encontrar la fuerza dentro de ti, y podrás lograr lo que desees", le dijo el búho. Entonces, Marisol comenzó a concentrarse en creer en su capacidad para volar. Cada día, visualizaba cómo sería surcar el cielo y sentía que era posible. Con el tiempo, sus pétalos comenzaron a moverse como si fueran pequeñas alas.

"¡Lo estoy logrando!" exclamó Marisol emocionada. Finalmente, un día soleado, Marisol dio un salto desde su tallo y, para asombro de todos, comenzó a volar. Los animales del jardín la miraban maravillados. Marisol había logrado su sueño.

Desde entonces, se convirtió en la flor voladora más feliz del jardín, y cada vez que otros se sentían desanimados, les recordaba que con fe en sí mismos, podían alcanzar lo imposible.

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