Marison y el Misterio del Futuro
En un pintoresco pueblo rodeado de altísimas montañas, habitaba Marison, una niña de cinco años con cabello negro que caía en suaves ondas sobre sus hombros. Llevaba siempre puesta una hermosa vestimenta antigua, con encajes y botones brillantes que atraían la atención de todos. Marison era muy curiosa, siempre haciendo preguntas sobre todo lo que la rodeaba y sus ojos brillaban como estrellas cuando escuchaba historias.
Un día, Marison decidió visitar la escuela de 3°A en el pueblo. Mientras caminaba, se preguntaba cómo sería el mundo en el futuro. Con sus mejillas sonrojadas por la emoción y el viento fresco golpeando su cara, se dirigió hacia la escuela.
-Al entrar al aula, todos los niños miraron con curiosidad a la niña de ropa antigua-
-Hola, soy Marison. Vengo de una época antigua, de hace mucho tiempo. ¿Alguien sabe cómo es el mundo en el futuro? - preguntó ella con una voz suave y decidida.
-Los chicos parpadearon, sorprendidos. Finalmente, una niña de trenzas respondió:
-Yo creo que en el futuro habrá autos voladores.
-No, no, no. ¡Seguro que hay robots que hacen todo! - gritó un niño con una gorra.
-Interesante - dijo Marison, asentando con la cabeza, mientras imaginaba las imágenes en su mente. - Pero, ¿qué es un auto volador? ¿Y un robot?
Los niños comenzaron a explicarle todo lo que sabían. Uno de ellos, Santiago, incluso llevó un tablero donde dibujó un auto volador con alas.
-Mirá, Marison. Este es un auto volador! - dijo Santiago emocionado.
-Maravilloso - exclamó Marison. - Pero... ¿y la naturaleza? ¿Los árboles, los ríos y las montañas? ¿Siguen allí en el futuro?
Esa fueron las palabras que hicieron que un silencio envolviera la sala. Finalmente, Valentina, una niña de lentes, habló:
-Creo que en el futuro tenemos que cuidar más la naturaleza. Hay que protegerla, sino podría desaparecer.
-¡Eso es muy importante! - dijo Marison con el brillo en sus ojos. - En mi época, cuidamos a los árboles y al agua, pero me pregunto si lo estamos haciendo bien. ¿Cómo se puede cuidar la naturaleza en el futuro?
Los niños comenzaron a compartir ideas. Se pasaron el lápiz entre ellos, dibujando plantas y animales. Ideas de cómo sembrar más árboles, usar menos plástico y reciclar comenzaron a fluir de sus bocas.
-¿Y si hacemos un club de ecología? - sugirió Luca, un niño de gran corazón. - Podríamos enseñar a otros a cuidar el planeta.
-¡Sí! - gritaron todos al unísono. Marison sonrió, sintiéndose verdaderamente parte de esta nueva aventura.
Después de esa asombrosa tarde, todos, incluido Marison, se fueron a casa con la promesa de volver al día siguiente para crear su club.
Con el paso de los días, el Club de la Ecología se convirtió en una realidad. Marison no solo aprendió sobre el futuro y la tecnología, sino que también descubrió que el amor por la naturaleza es algo que une a todas las épocas. Comenzaron a plantan árboles en el parque, recolectaban plástico y hacían carteles con mensajes sobre el cuidado del medio ambiente.
Marison continuó visitando la escuela y cada día traía ideas de todo lo que había aprendido. Se volvió amiga de todos en 3°A, trabajando juntos para hacer del mundo un lugar mejor.
Al final del año escolar, organizaron una gran fiesta en el parque con todos los niños y sus familias. Marison usó un vestido nuevo, pero todavía con un toque de la época antigua que tanto adoraba.
-Hola, soy Marison, y vengo de una época donde cada árbol cuenta. - empezó diciendo al público.
Los padres y los niños escuchaban atentamente. - Aprendí que más que autos voladores y robots, lo más importante es cuidar el mundo en el que vivimos. Todos juntos podemos lograrlo.
Fue un gran aplauso. Marison, con su curiosidad y su espíritu lleno de amor por la naturaleza, había inspirado a todos. Y los niños de 3°A, junto a ella, aprendieron que, aunque el mundo cambie, hay cosas que nunca dejan de ser importantes: la amistad, el respeto y, sin duda, cuidar de nuestro planeta.
Desde aquel día, Marison se convirtió en un puente entre dos épocas, llevando la esencia de su pasado antiguo al futuro que ellos mismos querían construir.
FIN.