Marta y el Misterio del Bosque de Colores



En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, un día despejado y soleado, nació una niña llamada Marta. Desde su primer llanto, los pájaros cantaron, y las flores comenzaron a florecer en su honor. Todo el pueblo se llenó de alegría, y los animales del bosque se reunieron para dar la bienvenida a la pequeña.

"¡Bienvenida, Marta!" - gritaron los conejitos saltando alrededor.

Marta creció rodeada del amor de su familia y los secretos del bosque. Desde bien chiquita, era muy curiosa y le encantaba explorar. Un día, cuando tenía siete años, hizo un descubrimiento sorprendente.

Mientras caminaba por el bosque, siguió el canto de un pájaro colorido que nunca había visto antes. El pájaro voló rápidamente, y Marta lo siguió hasta llegar a un claro lleno de árboles que parecían pintados de diferentes colores.

"¡Mirá eso!" - exclamó Marta, asombrada.

Los árboles eran de colores vibrantes: rojo, azul, amarillo y verde. De repente, una voz suave y melodiosa se escuchó desde un arbusto cercano. Era una pequeña hada llamada Lila.

"Hola, Marta. Bienvenida al Bosque de Colores. Este lugar está lleno de magia, pero necesita de tu ayuda" - le dijo Lila, con una sonrisa.

"¿Ayudar? ¿A qué?" - inquirió Marta, sintiendo que se le aceleraba el corazón de emoción.

"Los colores de los árboles están desvaneciéndose porque el río que alimenta la vida en el bosque se está ensuciando. Si no lo limpiamos, todos los colores desaparecerán para siempre" - explicó Lila.

Marta no dudó un segundo.

"¡Yo te ayudaré! ¿Qué debo hacer?" - dijo decidida.

Lila le mostró el camino hacia el río. Cuando llegaron, Marta se dio cuenta de que el agua estaba llena de basura y desechos. Miró con tristeza y pensó en lo que podría suceder si no actuaban.

"Debemos hacer algo, Lila. ¡Ayudemos a limpiar el río!" - propuso Marta, y así comenzaron a recoger toda la basura que podían.

Durante horas trabajaron, y otros animales se unieron a ellos. Los pájaros, los conejos, incluso el viejo búho, todos llegaron para ayudar.

"¡Juntos podemos lograrlo!" - animaba Marta mientras recogían los residuos.

Pero cuando pensaban que estaban a punto de terminar, se dieron cuenta de que una gran bolsa de plástico había quedado atrapada en una rama, muy arriba. Marta se sintió un poco desanimada.

"No puedo llegar hasta allí..." - suspiró.

Pero Lila sonrió.

"Si te esfuerzas y usas tu ingenio, podrás lograrlo. Piensa en una forma de llegar a esa bolsa".

Marta cerró los ojos y recordó lo que había aprendido en la escuela sobre la importancia de trabajar en equipo. Miró a su alrededor y tuvo una idea.

"¡Animales! Necesito su ayuda. ¿Alguno de ustedes puede saltar y alcanzar la bolsa?" - preguntó.

Los conejos se miraron entre sí y el más aventurero, llamado Brincón, se ofreció.

"Yo lo intentaré" - dijo, con determinación.

Con un potente salto, Brincón logró alzar un poco la bolsa, y Marta la tomó con las manos.

"¡Lo logramos!" - exclamó aliviada.

Después de mucho esfuerzo, el río finalmente se veía limpio. Cuando el último pedazo de basura fue retirado, el agua comenzó a brillar, y los colores del bosque volvieron a brillar más intensos que nunca.

"¡Lo logramos, Marta!" - exclamó Lila, danzando alegremente.

De repente, los árboles comenzaron a florecer, y un arcoíris lleno de colores apareció en el cielo. Todos los animales del bosque celebraron, y Marta se sintió muy feliz.

"Esto es increíble" - dijo, mirando a su alrededor.

Marta aprendió que cada pequeño esfuerzo cuenta y que, a veces, un gran problema puede parecer abrumador, pero con trabajo en equipo y determinación, se pueden lograr grandes cambios.

Desde ese día, Marta visitó el Bosque de Colores cada semana para asegurarse de que todo estuviera en orden, y se convirtió en una defensora del cuidado del medio ambiente en Arcoíris.

Y así, Marta creció aprendiendo la importancia de cuidar de la naturaleza, mostrando a los demás que con un poco de esfuerzo y colaboración se puede lograr lo que se propone. Y el Bosque de Colores siempre fue un lugar lleno de alegría y armonía gracias a su valentía y dedicación.

FIN.

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