Marte y el Apocalipsis Zombie
Era un día normal en el pequeño pueblo de Vallecolor, donde los niños corrían felices en el parque. Pero un extraño suceso había comenzado en la lejana ciudad de Zombitown: unos pequeños zombis, pero no zombis como los que se ven en las películas, sino zombis traviesos y burlones. A estos zombis les encantaba hacer bromas, como esconder las galletas de los niños o cambiar los colores de las cosas. Y, sadicamente, seguían el mismo patrón: cada vez que hacían una travesura, se ponían a bailar, convirtiendo todo en un festival de risas y caos.
Un día, mientras los habitantes de Vallecolor intentaban disfrutar de la tarde, aparecieron unos zombis que comenzaron a jugar en el parque. Los niños los miraron asombrados.
"¡Mirá, ahí vienen!" - exclamó Sofía, una niña valiente que siempre estaba dispuesta a ayudar.
"¿Pero qué hacen?" - preguntó Lucas, su amigo, un poco asustado.
Los zombis se acercaron y comenzaron a hacer trucos humorísticos, como caerse sobre el césped o bailar de una manera graciosa. Aunque todos se reían, Sofía miró a Lucas y dijo:
"Creo que no podemos dejarlos estar aquí. Tal vez sea un buen momento para hacer algo y poner orden."
Decididos a no dejar que el pueblo se convirtiera en un caos, Sofía y Lucas se hicieron un plan. Si ellos pudieran encontrar a alguien que supiera cómo detener a los zombis, podrían devolver la paz al pueblo.
Entonces recordaron una historia que había sido contada muchas veces: la leyenda del Salvador Marte, un joven aventurero del espacio que tenía un talento especial para resolver problemas difíciles. Nadie sabía si era verdad, pero ¡era su única esperanza!
Sofía y Lucas decidieron emprender una aventura hacia la cima de la montaña donde, según la leyenda, Marte habitaba. Después de un largo camino, y enfrentando ríos y arbustos espinosos, finalmente llegaron a lo alto de la montaña. Allí, encontraron a Marte, quien estaba rodeado de estrellas y tenía una sonrisa brillante.
"¡Hola, amigos! ¿Qué los trae aquí?" - preguntó Marte, con una voz llena de energía.
"¡Marte, necesitamos tu ayuda! Los zombis están causando estragos en Vallecolor, ¡están haciendo travesuras sin parar!" - respondió Sofía con urgencia.
Marte se rió y dijo:
"Nunca había escuchado de zombis traviesos. Pero cada problema tiene solución. ¿Por qué no hacemos que ellos también puedan jugar, pero de una forma diferente?"
Los tres se sentaron a pensar. Entonces, Marte tuvo una idea: organizar un gran festival de juegos en el pueblo, donde los zombis pudieran ser parte de la diversión sin causar problemas. Sofía y Lucas estaban emocionados.
"¡Sí! Eso podría funcionar. ¡Deberíamos hacer un enorme convite!" - exclamó Lucas.
Con la ayuda de Marte, planearon un festival lleno de juegos, música y, por supuesto, muchas galletas.
Cuando regresaron a Vallecolor, anunciaron su plan.
"¡Vamos a tener un festival!" - gritó Sofía, emocionada. Los niños, al escuchar eso, comenzaron a correr a contarles a sus padres. Y, al poco tiempo, todo el pueblo se unió para prepararlo.
El día del festival, todos estaban listos. Sofía y Lucas esperaban a los zombis con los brazos abiertos y mucha alegría.
"¡Vengan a jugar!" - gritaron. Los zombis, al ver la bienvenida tan cálida, se acercaron tímidamente y luego se unieron a la fiesta.
Hubo carreras, saltos, y todos los personajes del pueblo, incluidos los zombis traviesos, se divirtieron juntos.
"¡Esto es mucho mejor que seguir causando travesuras!" dijo uno de los zombis, mientras se reía y disfrutaba de una galleta.
Desde ese día, los zombis se convirtieron en amigos del pueblo y siempre estaban dispuestos a ayudar a los niños a jugar. Y el pueblo de Vallecolor aprendió que a veces, lo inesperado puede convertirse en una grata sorpresa.
Y así, con la ayuda de Marte, los niños aprendieron que con un poco de creatividad y amistad se pueden resolver los problemas más grandes. Juntos, organizaban festivales cada año, recordando siempre que la unión y la comprensión son las mejores respuestas a cualquier desafío.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.