Martí y su Gran Aventura



En un pequeño y colorido barrio, vivía un niño llamado Martí. Era un niño lleno de curiosidad pero, a veces, se sentía triste y solito cuando su mamá salía a hacer las compras o a trabajar. Un día, mientras esperaba el regreso de su mamá en el patio de casa, comenzó a llorar.

- “¿Por qué no estás aquí, mamá? ” - sollozó Martí, secándose las lágrimas con la mano.

Aunque en el fondo sabía que siempre volvía, su corazón se sentía pesado como un ladrillo. En ese momento, su abuelita, que estaba sentada en el banco del jardín, lo vio y se acercó para consolarlo.

- “¿Por qué llorás, mi amor? ” - le preguntó su abuela con cariño, acariciándole el pelo.

- “Porque mamá no está... y me siento solo” - respondió Martí, con la voz quebrada.

La abuela, que siempre tenía una respuesta sabia, sonrió y dijo:

- “Sabés, cariño, cuando te sientas solo, puedes usar tu imaginación. Hay un mundo fantástico esperando a ser descubierto. ¿Por qué no intentás encontrarlo? ”

Martí la miró extrañado, pero algo en su propuesta le llamó la atención. Así que decidió probar.

- “¿Y cómo empiezo? ” - preguntó con un brillo en los ojos.

La abuela le sugirió que se sentara en el césped y cerrara los ojos. A medida que Martí respiraba profundamente y dejaba volar su mente, comenzó a imaginar un mundo lleno de criaturas mágicas. De pronto, un mariposa gigante aterrizó a su lado.

- “¡Hola, Martí! Soy Mavi y te invito a conocer el Bosque de los Sueños” - dijo la mariposa.

Martí, emocionado, preguntó:

- “¿Y cómo llego ahí? ”

Y Mavi le mostró un camino que brillaba en colores arcoíris. Juntos, se adentraron en el bosque. Había árboles que hablaban y flores que cantaban. Cada paso que daba Martí era más sorprendente que el anterior.

- “¡Mirá, un río de chocolate! ” - exclamó mientras corría hacia el río, saltando de alegría. Pero entonces, vio a un pequeño oso llorando.

- “¿Por qué llorás, amiguito? ” - le preguntó Martí, preocupado.

- “Me he perdido y no encuentro el camino a casa” - respondió el oso con un sollozo.

Martí sintió que su corazón se llenaba de compasión.

- “No te preocupes, vamos a buscarlo juntos. ¡No estás solo! ” - le dijo con determinación.

Ambos comenzaron a buscar en el bosque, preguntando a los árboles y a las flores. Después de un rato, conocieron a un loro que les ofreció su ayuda.

- “Seguí el camino con las mariposas; ellas saben el camino a casa” - dijo el loro.

Así lo hicieron. Mientras volaban sobre los árboles, Martí se dio cuenta de que había encontrado la manera de ayudar a su nuevo amigo, y eso lo hacía sentir valiente y fuerte.

Finalmente, después de una pequeña aventura, encontraron la forma de regresar a casa del oso. Al llegar, el oso se llenó de alegría y preguntó:

- “¿Puedo acompañarte a ti, Martí, en tus aventuras? ”

Martí sonrió y asintió:

- “¡Claro! Nos podemos volver amigos.”

Después de despedirse del oso, Mavi la mariposa dijo:

- “¡Ya es hora de que regreses a casa, Martí! Tu mamá ya debe estar volviendo.”

Con un fuerte abrazo, la mariposa lo llevó de vuelta a su jardín. Cuando abrió los ojos, su mamá estaba por la entrada de la casa con una bolsa de compras.

- “¡Hola, cariño! ¿Te estuviste divirtiendo? ” - preguntó su mamá, sonriendo al verlo.

- “¡Sí! Conocí a una mariposa y viví una gran aventura” - dijo Martí con entusiasmo.

Su mamá lo abrazó fuerte y le acarició el cabello.

- “Me alegra que te hayas divertido. Siempre estoy cerca, aunque no me veas. Nunca estás solo, cariño, siempre llevas la aventura de tu imaginación contigo.”

Desde ese día, cada vez que su mamá no estaba, Martí ya no lloraba. Ahora sabía que podía crear su propio mundo lleno de magia cuando se sentía solito.

Aprendió que incluso en la soledad, siempre se podía encontrar luz y un nuevo amigo si uno estaba dispuesto a explorar. Y así, el pequeño Martí nunca dejó que la tristeza se apoderara de él, porque su imaginación era su mejor amiga.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!