Martín aprende a protegerse



Había una vez un niño llamado Martín, que vivía en un pequeño pueblo junto a su familia. Martín era un niño curioso y aventurero, siempre buscando nuevas formas de divertirse.

Tenía una gran pasión por los animales y soñaba con ser veterinario cuando creciera. Martín tenía un tío llamado Pedro, quien era muy cercano a la familia. Pedro solía visitarlos regularmente y siempre llevaba regalos para Martín.

Sin embargo, algo extraño comenzó a suceder: cada vez que Pedro estaba cerca del niño, Martín se sentía incómodo. Un día, mientras jugaban en el jardín trasero de la casa, Pedro le tocó el hombro a Martín.

El niño sintió una sensación extraña en su interior y decidió hablar al respecto con su mamá. "Mamá, cuando mi tío me toca siento algo raro", le dijo Martín preocupado. Su mamá lo abrazó cariñosamente y le preguntó qué tipo de sensación era.

Con valentía, Martín explicó cómo se sentía incómodo e inseguro cuando estaba cerca de su tío Pedro. La mamá de Martín escuchó atentamente sus palabras y decidió tomar medidas para protegerlo.

Hablaron con el papá de Martín sobre lo que había ocurrido y juntos decidieron buscar ayuda profesional. Así fue como conocieron a la psicopedagoga Ana, quien trabajaba en el pueblo vecino. La familia decidió contarle todo lo que había pasado para recibir orientación adecuada.

Ana escuchó detenidamente las preocupaciones de la familia y les explicó que era importante enseñar a los niños sobre los límites personales y el respeto mutuo. Les recomendó que Martín aprendiera a decir —"no"  cuando algo le hiciera sentir incómodo.

Martín comenzó a asistir a las sesiones con Ana, donde aprendió sobre la importancia de expresar sus sentimientos y establecer límites saludables. Juntos, realizaron diferentes actividades para fortalecer su confianza y autoestima.

Un día, mientras paseaban por el parque del pueblo, Martín se encontró con su tío Pedro nuevamente. Esta vez, en lugar de sentirse incómodo, Martín recordó lo que había aprendido con Ana y decidió ponerlo en práctica.

Cuando Pedro intentó tocarle el hombro como solía hacerlo antes, Martín dio un paso atrás y le dijo con voz firme:"Tío Pedro, me gusta cuando jugamos juntos, pero no me siento cómodo cuando me tocas". Pedro se sorprendió al escuchar esas palabras y preguntó si había hecho algo malo.

Martín explicó amablemente que solo quería establecer sus propios límites para sentirse seguro. Pedro reflexionó sobre sus acciones y se disculpó sinceramente con Martín. A partir de ese momento, ambos decidieron construir una relación basada en el respeto mutuo.

Con el tiempo, Martín continuó creciendo en un ambiente seguro y amoroso junto a su familia. Siguiendo los consejos de Ana, aprendió a reconocer situaciones inapropiadas y buscar ayuda cuando fuera necesario.

Esta historia nos enseña la importancia de escuchar nuestros sentimientos internos y aprender cómo establecer límites saludables. Martín demostró valentía al hablar sobre lo que le hacía sentir incómodo y encontró el apoyo adecuado para protegerse a sí mismo. Juntos, podemos construir un mundo donde todos seamos respetados y cuidados.

FIN.

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