Martín y el premio de la limpieza

Había una vez en un pequeño pueblo llamado Limpiavilla, donde todos los habitantes eran muy aseados y siempre se preocupaban por mantener limpios sus hogares y sus cuerpos.

En este pueblo vivía Martín, un niño curioso y travieso que no le gustaba mucho lavarse las manos. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, Martín notó que su amiga Sofía se lavaba las manos antes de merendar.

Él se acercó y preguntó: "¿Por qué te lavas las manos antes de comer? ¡Eso es aburrido!"Sofía sonrió y respondió: "Es importante lavarse las manos para eliminar la suciedad y los gérmenes que pueden hacernos enfermar. Además, así nos aseguramos de estar limpios y sanos".

Martín frunció el ceño, pero decidió probar lavándose las manos también. Al principio no le gustó mucho la sensación del jabón y el agua, pero luego notó lo bien que se sentía tener las manos limpias.

Desde ese día, Martín comenzó a prestar más atención a su higiene personal. Se cepillaba los dientes todas las mañanas, se bañaba regularmente y, por supuesto, se aseguraba de lavarse las manos antes de cada comida.

Un mes después de haber empezado con esta nueva rutina, Limpiavilla fue visitada por una feria ambulante llena de juegos divertidos y premios sorprendentes.

Martín estaba emocionado por participar en todos los juegos; sin embargo, cuando llegó al puesto principal para ganar un gran premio, el organizador le dijo:"-Lo siento muchacho, pero primero debes demostrar que estás bien aseado para poder jugar. "Martín recordó todo lo aprendido sobre la importancia de la limpieza e inmediatamente corrió al baño a lavarse la cara y las manos.

Al regresar al puesto principal, el organizador sonrió satisfecho al verlo tan pulcro. "-¡Muy bien! Ahora sí puedes participar", dijo el organizador mientras entregaba a Martín un billete dorado como premio.

Martín estaba feliz y orgulloso de haber demostrado que podía estar bien aseado cuando era necesario. Desde ese día en adelante siguió cuidando su higiene con responsabilidad.

Y así fue como Martín aprendió que la limpieza no solo es importante para estar saludable sino también para ganarte grandes premios en la vida. Y colorín colorado este cuento sobre la importancia de estar bien aseados ha terminado.