Martín y el secreto de las manos limpias


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Manoslimpias, donde todos los habitantes tenían las manos más limpias y relucientes que jamás se hayan visto.

En este lugar vivía Martín, un niño curioso y aventurero que siempre estaba buscando nuevas formas de divertirse. Un día, mientras paseaba por el mercado del pueblo, Martín escuchó a lo lejos a una anciana contar una historia sobre la importancia de lavarse las manos. Intrigado, se acercó para escuchar con atención.

"-En tiempos antiguos -decía la anciana-, había un reino lejano donde las personas no sabían la importancia de lavarse las manos. Debido a esto, una terrible enfermedad se propagó por todo el reino y muchas personas enfermaron.

"Martín quedó impactado por la historia y decidió preguntarle a la anciana qué podía hacer él para prevenir esa situación en su propio pueblo.

"-Querido Martín -respondió la anciana-, la clave está en lavarse las manos con agua y jabón antes de cada comida y después de ir al baño. De esta forma, eliminarás gérmenes y bacterias que pueden enfermarte. "Martín agradeció los consejos de la anciana y decidió compartirlos con todos los habitantes de Manoslimpias.

Sin embargo, no todos estaban convencidos de la importancia de lavarse las manos. Algunos pensaban que era una pérdida de tiempo o simplemente no les gustaba hacerlo. Pero Martín no se dio por vencido.

Con ingenio y creatividad, ideó un plan para mostrarles a todos lo importante que era mantener las manos limpias. Organizó juegos divertidos donde debían lavarse las manos antes de participar, e incluso creó canciones pegajosas sobre el tema.

Poco a poco, los habitantes de Manoslimpias fueron comprendiendo la importancia de lavarse las manos, no solo para prevenir enfermedades, sino también para mantenerse sanos y fuertes. Finalmente, gracias al esfuerzo y dedicación de Martín, el pueblo entero adoptó el hábito de lavarse las manos regularmente.

Y desde entonces, en Manoslimpias reinaba la alegría y la salud entre sus habitantes. Y colorín colorado, este cuento ha terminado. Recuerda siempre lavarte bien, para estar sano como un tren!

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