Martín y el valor del tiempo

Martín era un niño que adoraba dormir hasta tarde. Todas las mañanas, su mamá tenía que llamarlo varias veces para ir al cole. Martín siempre decía: "Déjame 5 minutos más, mamá, solo 5 minutos más".

Un día, Martín se perdió de una excursión escolar porque se quedó dormido. Su mamá, preocupada, le explicó que el tiempo es valioso y que no se puede desperdiciar. A partir de ese momento, Martín decidió cambiar su actitud.

Comenzó a levantarse temprano y a disfrutar de las mañanas. Descubrió lo mucho que podía hacer si aprovechaba cada minuto. Ayudó en casa, jugó con sus amigos, aprendió nuevas cosas y se convirtió en un estudiante ejemplar.

Martín entendió que el tiempo bien utilizado es una oportunidad para crecer y disfrutar la vida. Desde entonces, nunca más volvió a pedir 'solo 5 minutos más' por las mañanas, y su mamá ya no tenía que llamarlo repetidamente.

Martín aprendió el valor del tiempo y lo aprovechó al máximo, convirtiéndose en un ejemplo para los demás niños.