Martín y la aventura en el río



Había una vez en la selva un elefante llamado Martín, a quien le encantaba jugar con agua. Martín era un elefante muy curioso y divertido, siempre buscando nuevas aventuras para disfrutar con sus amigos los monos.

Una mañana soleada, Martín se despertó emocionado porque había planeado un día lleno de diversión en el río junto a sus amigos.

Se acercó a donde estaban los monos y les dijo:- ¡Buenos días, amigos! ¿Quién quiere venir al río a jugar conmigo? Los monos, entusiasmados por la idea de pasar el día refrescándose en el agua, saltaron de alegría y aceptaron la invitación de Martín. Juntos se dirigieron al río, donde comenzaron a salpicarse y chapotear felices.

Martín usaba su trompa para rociar agua sobre los monos, quienes reían y gritaban de emoción. De repente, uno de los monos propuso hacer una competencia para ver quién podía nadar más rápido.

Todos estuvieron de acuerdo y se prepararon en la línea de salida. - ¡Listos, listos, ya! -gritó Martín antes de dar la señal de inicio. Los monos se lanzaron al agua y empezaron a nadar con todas sus fuerzas.

La carrera estaba reñida, pero finalmente fue Martín quien llegó primero a la meta gracias a su gran trompa que lo impulsaba velozmente por el agua. Después de la competencia, decidieron jugar al escondite en el bosque cercano.

Los monos trepaban por los árboles mientras que Martín intentaba buscarlos entre las ramas. - ¡Aquí no estoy! -gritaba uno de los monos desde lo alto de un árbol. Martín sonreía divertido mientras intentaba descubrir dónde se encontraban sus amigos.

Finalmente logró encontrarlos a todos escondidos detrás de unos arbustos y juntos celebraron haber pasado un día tan maravilloso juntos. Al caer la tarde, regresaron cansados pero felices a sus hogares en la selva.

Martín les dio las gracias a sus amigos por acompañarlo en tan divertida jornada y les prometió organizar nuevas aventuras en el futuro. Desde ese día en adelante, Martín y los monos siguieron siendo inseparables, compartiendo momentos inolvidables llenos de risas y juegos bajo el cálido sol de la selva.

Y así demostraron que la verdadera amistad puede superar cualquier desafío que se presente en el camino.

FIN.

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