Martín y la fiesta de la amistad


Había una vez un niño llamado Martín que acababa de mudarse a una nueva ciudad y tenía que empezar en un colegio completamente desconocido.

Martín estaba emocionado por la aventura que se avecinaba, pero también un poco nervioso porque no conocía a nadie en su nueva escuela. El primer día de clases, Martín llegó temprano y se encontró con un grupo de chicos jugando en el patio. Se acercó tímidamente y les preguntó si podía unirse a ellos.

Los chicos lo miraron con curiosidad al principio, pero luego sonrieron y le dieron la bienvenida. "¡Hola! Soy Martín, ¿ustedes cómo se llaman?" -preguntó con entusiasmo. "Yo soy Juan, ella es Sofía y él es Mateo.

¡Bienvenido al colegio!" -respondió Juan. Desde ese momento, Martín supo que había encontrado nuevos amigos en su nueva escuela.

Juntos jugaron al fútbol en el recreo, compartieron sus loncheras e incluso formaron un equipo para participar en las competencias deportivas del colegio. Un día, mientras estaban reunidos en el patio durante el almuerzo, Sofía exclamó emocionada:"¡Chicos, saben qué? Mañana es el aniversario del colegio! Cumple 37 años y van a hacer una gran fiesta para celebrarlo.

"Martín se sorprendió al enterarse de la noticia y sintió aún más ganas de ser parte de esa celebración tan especial.

Decidieron preparar algo especial para contribuir a la fiesta y pensaron en decorar su salón con globos y carteles hechos a mano. Al día siguiente, todos los alumnos se reunieron en el patio para festejar juntos. Había música, juegos y hasta un espectáculo de magia organizado por los profesores.

Martín y sus amigos disfrutaron cada momento de la fiesta, riendo y compartiendo anécdotas mientras comían torta y helado. Al finalizar la celebración, la directora del colegio subió al escenario para dar unas palabras:"Queridos alumnos, hoy estamos celebrando 37 años de historia, aprendizaje y amistad en esta escuela.

Cada uno de ustedes forma parte importante de esta comunidad educativa y esperamos seguir creciendo juntos. "Martín miró a sus amigos con una sonrisa enorme en el rostro.

Se sentía feliz de haber encontrado nuevos amigos en su nuevo colegio y emocionado por todo lo que vendría en adelante. Esa noche, antes de dormir, Martín reflexionó sobre lo importante que era abrirse a nuevas experiencias y personas cuando nos enfrentamos a cambios inesperados.

Estaba seguro de que su aventura en la nueva ciudad estaría llena de momentos inolvidables junto a sus increíbles amigos del colegio.

Y así fue como Martín descubrió que los inicios pueden ser desafiantes pero también llenos de oportunidades maravillosas si estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos e involucrarnos plenamente en cada experiencia que nos presenta la vida.

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