Martín y la lección nutritiva


Había una vez un niño llamado Martín, a quien le encantaba la comida chatarra. Papas fritas, hamburguesas, gaseosas... todo lo que no era muy saludable era su debilidad.

Todos los días almorzaba en la escuela con sus amigos y siempre elegía lo menos sano del menú. Un día, después de comer una gran cantidad de papas fritas y gaseosa en el recreo, Martín comenzó a sentirse mal.

Tenía dolor de estómago y mareos, tanto que tuvieron que llamar a sus padres para que lo llevaran al médico. "¿Qué te pasó, Martín?" -preguntó su mamá preocupada mientras esperaban al médico en la sala de espera.

"Creo que me enfermé por comer tanta comida chatarra", respondió Martín con voz débil. El médico confirmó que la mala alimentación había afectado el estómago de Martín y le recetó una dieta balanceada para recuperarse. Además, le explicó lo importante que era cuidar su cuerpo comiendo alimentos saludables.

Martín se sintió muy arrepentido por no haber cuidado su cuerpo antes y decidió hacerle caso al médico. Comenzó a investigar sobre nutrición y descubrió lo divertido que podía ser preparar comidas sanas y coloridas.

Su mamá lo ayudaba en la cocina y juntos inventaban recetas deliciosas con frutas, verduras y proteínas. Con el tiempo, Martín se fue sintiendo mejor.

Ya no tenía dolores de estómago ni mareos, y además notaba cómo tenía más energía para jugar con sus amigos. Un día, durante el almuerzo en la escuela, todos notaron los cambios en la lonchera de Martín. "¡Wow! ¿Qué es eso tan rico que estás comiendo?" -preguntó uno de sus amigos sorprendido.

"Son wraps de pollo con vegetales", respondió orgulloso Martín mostrando su comida. "¡Se ven geniales! ¿Nos enseñas a hacerlos?" -pidieron los demás curiosos. Martín sonrió feliz al ver cómo sus amigos también se interesaban por comer sano.

Les explicó cómo preparar los wraps e incluso les dio ideas para otras comidas nutritivas. Desde ese día, Martín se convirtió en un defensor de la alimentación saludable entre sus compañeros. Juntos formaron un club donde compartían recetas e información sobre nutrición.

Gracias a esa experiencia, Martín aprendió que cuidar su cuerpo era fundamental para poder disfrutar plenamente de todas las actividades que le gustaban hacer.

Y así, entre wraps coloridos y charlas sobre alimentos nutritivos, vivieron felices para siempre promoviendo hábitos saludables en su comunidad.

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