Martín y la semilla de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, un niño llamado Martín que estaba a punto de comenzar el jardín de infantes.

Estaba emocionado pero también un poco nervioso por conocer a nuevos amigos y adaptarse a su nueva maestra, la señorita Laura. El primer día de clases, Martín llegó temprano al jardín y se encontró con otros niños y niñas que estaban tan ansiosos como él.

La señorita Laura los recibió con una gran sonrisa y los invitó a entrar al salón. Martín se sentó en una mesa junto a Mateo, Sofía y Valentina, quienes pronto se convirtieron en sus nuevos amigos. -¡Hola! Soy Martín, ¿y ustedes cómo se llaman? -preguntó Martín tímidamente.

-Yo soy Mateo, ¡mucho gusto! -respondió el niño con entusiasmo. -Soy Sofía, ¡qué lindo es tener nuevos amiguitos! -dijo la niña sonriente. -Y yo soy Valentina, ¡vamos a divertirnos mucho juntos! -exclamó la otra niña emocionada.

La jornada transcurrió entre juegos, canciones y actividades didácticas. Martín se sintió feliz de haber conocido a sus compañeros y compañeras, quienes lo hicieron sentir parte del grupo desde el primer momento.

Sin embargo, no todo sería tan sencillo para Martín en su proceso de adaptación al nuevo ambiente. Al día siguiente, durante el recreo en el patio del jardín, Martín vio a un niño llamado Tomás solo en un rincón mirando tristemente hacia los demás niños que jugaban juntos.

Sin dudarlo, Martín decidió acercarse a él para hacerle compañía. -¿Hola Tomás! ¿Querés jugar con nosotros? -propuso Martín con amabilidad. Tomás levantó la mirada sorprendido por la invitación y asintió tímidamente.

Pronto, todos los niños empezaron a jugar juntos y Tomás se integró al grupo gracias a la actitud solidaria de Martín y sus amigos. Los días pasaron rápidamente en el jardín de infantes de Villa Feliz.

Martín aprendió muchas cosas nuevas junto a sus compañeros y bajo la guía amorosa de la señorita Laura. Cada mañana era una aventura llena de descubrimientos y diversión. Una tarde soleada de viernes, la señorita Laura les propuso hacer una obra de teatro para representar frente a sus familias.

Todos los niños estaban emocionados con la idea e inmediatamente empezaron a pensar en qué personajes querían interpretar. Martín decidió que le encantaría ser el protagonista junto a Sofía como su fiel compañera.

Juntos practicaron sus diálogos e ensayaron cada movimiento hasta que lograron realizar una magnífica actuación que dejó impresionados tanto a sus padres como a la señorita Laura.

Al finalizar la obra de teatro, todos aplaudieron emocionados y orgullosos del trabajo en equipo realizado por los pequeños artistas del jardín de infantes de Villa Feliz. Esa experiencia fortaleció aún más los vínculos entre los niños y les enseñó el valor de la amistad, el compañerismo y la solidaridad.

Así concluyeron las primeras semanas de Martín en su nueva etapa escolar: llenas de desafíos superados, risas compartidas y amistades construidas.

Y aunque al principio pudo haber sentido nervios o miedo ante lo desconocido; ahora sabía que siempre podía confiar en sí mismo/a para adaptarse ante cualquier situación nueva que se presentara en su vida.

FIN.

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