Martín y la tormenta de unión
Había una vez en un valle rodeado de imponentes montañas, donde el agua cristalina de un río serpenteaba entre la exuberante vegetación y los animales jugueteaban felices.
En ese lugar vivía un hombre llamado Martín, quien amaba la naturaleza y cuidaba con esmero de su entorno. Un día, el aire sopló con fuerza trayendo consigo nubes oscuras que cubrieron el cielo.
El hombre, preocupado por la posibilidad de una tormenta, decidió avisar a todos los habitantes del valle para que se resguardaran. "-¡Animales del bosque, busquen refugio! ¡El agua caerá pronto y debemos protegernos!", gritó Martín mientras corría de un lado a otro.
Los animales, confiando en la sabiduría del hombre, siguieron sus indicaciones y se adentraron en cuevas y madrigueras para ponerse a salvo. La vegetación se inclinaba ante el viento furioso, preparándose para resistir la lluvia que se aproximaba. De repente, comenzó a llover con intensidad.
El río creció rápidamente y amenazaba con desbordarse. Martín observaba preocupado desde lo alto de una colina cómo el agua arrastraba troncos y ramas por su camino.
"-¡Debemos actuar rápido antes de que sea demasiado tarde! ¡Hay que construir un dique para contener al río!", exclamó decidido. Con la ayuda de los animales del bosque y la fuerza del aire que empujaba las nubes lejos, Martín logró levantar un dique improvisado utilizando troncos y piedras.
La vegetación colaboró enviando raíces fuertes para reforzar la estructura. La lluvia cesó finalmente y el sol volvió a brillar sobre el valle. El hombre observaba orgulloso cómo el dique resistía firme frente al caudaloso río.
Los animales salieron de sus refugios celebrando junto a él la victoria sobre la adversidad. "-¡Gracias por salvarnos, Martín! ¡Eres nuestro héroe!", exclamaron los animales en coro mientras lo rodeaban jubilosos.
El hombre sonrió humildemente y les recordó lo importante que era trabajar juntos para proteger su hogar común. Desde ese día, el hombre, el agua, el aire, las montañas, la vegetación y los animales aprendieron a valorarse mutuamente y a cuidar unos de otros en armonía.
Y así, cada vez que una amenaza acechaba al valle, recordaban que solo trabajando en equipo podrían superar cualquier desafío que se presentara en su camino. Y colorín colorado este cuento ha terminado enseñándonos que juntos podemos lograr grandes cosas cuando cuidamos nuestro entorno natural con amor y respeto.
FIN.