Martín y los ratoncitos amigos
Había una vez en la Escuela República de Italia un estudiante llamado Martín, que estaba en primer año y le encantaba dibujar y colorear. Siempre llevaba consigo su estuche lleno de lápices de colores, gomas de borrar y sacapuntas.
Pero lo que Martín no sabía es que dentro de su estuche vivía un grupo de ratoncitos muy curiosos y traviesos. Una tarde, mientras Martín estaba en clase de matemáticas, los ratoncitos decidieron salir a explorar el estuche.
Estaban emocionados por descubrir este nuevo mundo lleno de colores y objetos interesantes. Uno de ellos, el más valiente llamado Rulo, dijo: "Vamos chicos, tenemos que ser cuidadosos para no ser descubiertos por Martín".
Los ratoncitos comenzaron a jugar con los lápices y las gomas de borrar, se deslizaban por el sacapuntas como si fuera un tobogán y saltaban de un lado a otro entre los colores brillantes del estuche.
Estaban tan entretenidos que no se dieron cuenta cuando Martín regresó a buscar su estuche para hacer la tarea. Al abrirlo, Martín se sorprendió al ver a los ratoncitos correteando dentro.
Rulo rápidamente se acercó a él y le dijo: "-¡No tengas miedo! Somos ratoncitos amigables que solo queríamos divertirnos". Martín sonrió al escuchar esto y les preguntó curioso: "-¿Cómo llegaron hasta aquí?". Los ratoncitos contaron su historia sobre cómo habían encontrado refugio en el estuche después de escapar de un gato callejero.
Martín sintió empatía por ellos y decidió ayudarles. Les construyó una pequeña casa con cajas vacías y les dio comida para que pudieran vivir cómodamente dentro del colegio.
A partir de ese día, los ratoncitos se convirtieron en amigos inseparables de Martín. Lo acompañaban durante sus clases e incluso le ayudaban con sus tareas escolares escondiendo respuestas debajo del pupitre. Juntos vivieron muchas aventuras emocionantes dentro del colegio.
La directora del colegio pronto se enteró sobre la amistad entre Martín y los ratoncitos, pero en lugar de asustarse o regañarlos, decidió organizar una jornada especial para concientizar sobre la importancia del respeto por todos los seres vivos.
Así, gracias a la valentía y bondad tanto de Martín como de los ratoncitos, lograron enseñar una gran lección a toda la escuela: la importancia del compañerismo, la solidaridad y el amor por todas las formas de vida en nuestro planeta.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado con un mensaje inspirador para grandes y chicos.
FIN.