Martina aprende a cruzar la calle



Martina era una niña de dos años, con hermosos rizos rubios y grandes ojos castaños.

Le encantaba jugar con su hermana menor, Emilia, pero tenía una travesura que asustaba a todos: le gustaba cruzar la calle sin mirar, como si fuera un divertido juego. Un día, mientras jugaba en el parque con su mamá, Martina se escapó corriendo hacia la calle sin prestar atención a los autos que pasaban. - ¡Martina, espera! – gritó su mamá, corriendo detrás de ella.

Afortunadamente, un vecino alcanzó a detenerla antes de que ocurriera un accidente. Esa noche, su mamá le explicó con mucha calma lo peligroso que era cruzar la calle sin mirar. Martina, asustada por lo sucedido, prometió ser más cuidadosa.

Al día siguiente, su mamá le enseñó cómo cruzar la calle de forma segura: primero mirar a la derecha, luego a la izquierda, y después a la derecha de nuevo.

Martina practicó muchas veces junto a su mamá, hasta que finalmente aprendió a hacerlo correctamente. Desde ese día, Martina se convirtió en un gran ejemplo para sus amigos y siempre recordaba el peligro de cruzar la calle sin mirar.

Emilia, su hermanita, la admiraba mucho y juntas jugaron a cruzar la calle de forma segura, convirtiendo aquel temor en una lección que nunca olvidarían.

FIN.

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