Martina, la defensora de los animales



. Todos los días salía a explorar el jardín de su casa y descubría cosas nuevas que la hacían feliz. Un día, mientras jugaba con sus muñecas en el pasto, vio una mariposa volando cerca de ella.

- ¡Mamá, mira la mariposa! - exclamó Martina emocionada. - Sí, es muy bonita - respondió su mamá sonriendo. Martina decidió seguir a la mariposa y corrió detrás de ella.

La mariposa volaba cada vez más alto, pero Martina no se rindió y siguió corriendo hasta llegar al bosque cercano. - ¿Dónde está la mariposa? - preguntó Martina mirando a su alrededor. De repente, escuchó un ruido extraño y se acercó para ver qué era.

Descubrió que había un conejito atrapado en una trampa para animales. - Pobrecito conejito - dijo Martina preocupada. Martina intentó liberar al conejo, pero no pudo hacerlo sola. Entonces decidió buscar ayuda y corrió hacia su casa lo más rápido que pudo.

- Mamá, mamá, hay un conejito atrapado en el bosque. Necesitamos ayudarlo - dijo Martina respirando agitadamente.

Su mamá entendió lo importante que era para Martina salvar al pobre animalito y llamaron a unos amigos que eran expertos en animales salvajes. Juntos lograron rescatar al conejo y curar sus heridas. Desde ese día, Martina aprendió lo importante que era ayudar a los demás seres vivos del planeta y se convirtió en una defensora de la naturaleza.

Siempre que veía un animal en peligro, corría a pedir ayuda para salvarlo. Martina descubrió que ser curiosa y activa podía ayudarla a hacer el bien en el mundo.

Y así, cada día exploraba su jardín con más ganas de aprender y descubrir cosas nuevas que la hicieran feliz.

FIN.

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