Martina, Pitu y la Lección de Escuchar
Martina y Pitu eran dos hermanitos traviesos que siempre estaban metidos en líos. Les encantaba jugar, reír y hacer travesuras, pero lo que menos les gustaba era hacer caso a mamá. Cuando mamá les pedía que ordenaran su habitación, ellos preferían dejar todo tirado. Cuando mamá les decía que se lavaran las manos antes de comer, ellos se las limpiaban rápidamente en el pantalón. Y cuando mamá les pedía que se calmaran en el supermercado, ellos gritaban y corrían por los pasillos. Pero un día, mamá les advirtió que si no empezaban a escucharla, se iría de casa.
- ``No creo que mamá se vaya de verdad, ¿vos sí, Pitu? ´´, le preguntó Martina a su hermanito.
- ``No sé, pero no quiero que se vaya´´, respondió Pitu con una carita preocupada.
A pesar de la advertencia, Martina y Pitu decidieron seguir haciendo caso omiso a mamá. Continuaron desobedeciéndola e ignorando sus consejos. Pero poco a poco, mamá empezó a empacar sus cosas en una valija. Martina y Pitu se dieron cuenta de que algo no estaba bien, pero no sabían qué hacer.
- ``Mamá, ¿a dónde vas con esa valija? ´´, preguntó Martina, con la voz temblorosa.
- ``Me voy porque ustedes no me escuchan ni me hacen caso. No sé si podré volver hasta que cambien su actitud´´, contestó mamá, con los ojos llenos de lágrimas.
- ``Lo siento mamá, prometemos escucharte y hacer caso a partir de ahora´´, dijo Pitu arrepentido.
Pero ya era demasiado tarde. Mamá cerró la puerta y se fue. Martina y Pitu se sintieron muy tristes y solos. Se dieron cuenta de que habían cometido un gran error al no escuchar a mamá. Decidieron que tenían que hacer algo para traerla de vuelta.
Los días pasaron, y Martina y Pitu aprendieron a cocinar, a limpiar la casa y a cuidarse el uno al otro. Descubrieron lo difícil que era no tener a mamá allí para ayudarlos. También entendieron lo importante que era escuchar sus consejos y seguir sus reglas. Entonces, un día, mamá regresó a casa y los encontró ordenando, cocinando y cuidándose mutuamente. Se emocionó al ver lo mucho que habían cambiado.
- ``Mamá, prometemos que vamos a escucharte y hacerte caso siempre´´, le aseguró Martina con sinceridad.
Desde ese día, Martina y Pitu se convirtieron en niños ejemplares. Aprendieron que escuchar a mamá era la clave para tener una familia feliz, armoniosa y llena de amor. Y mamá, por su parte, siempre estuvo allí para guiarlos, protegerlos y amarlos.
FIN.