Martina, Tomás y el gato callejero


En la ciudad de Colinas Felices vivían muchos habitantes, pero entre todos ellos se destacaban dos niños: Martina y Tomás. Eran conocidos por ser ejemplos de respeto y bondad en toda la comunidad.

Martina era una niña alegre y siempre dispuesta a ayudar a los demás. Todos en Colinas Felices sabían que podían contar con ella en cualquier momento.

Por otro lado, Tomás era un chico muy amable y considerado, siempre pensando en cómo hacer felices a los que lo rodeaban. Un día, mientras paseaban por el parque central de la ciudad, Martina y Tomás encontraron a un gatito callejero que parecía estar perdido. Sin dudarlo, se acercaron con cuidado al pequeño animalito.

"¡Pobrecito! Debe tener hambre", dijo Martina con preocupación. "Sí, tal vez podemos llevarlo al refugio de animales para que lo cuiden", sugirió Tomás. Los dos amigos tomaron al gatito en brazos y caminaron hasta el refugio más cercano.

Allí fueron recibidos por la señora Ana, quien se encargaba de cuidar a los animales abandonados. "Hola chicos, ¿cómo puedo ayudarlos?", preguntó amablemente la señora Ana. "Encontramos a este gatito perdido en el parque. Queríamos asegurarnos de que esté bien", explicó Martina.

"Claro que sí, déjenmelo ver", respondió la señora Ana mientras revisaba al minino. Después de examinar al gato, la señora Ana les explicó que estaba sano pero necesitaba un hogar donde lo quisieran y cuidaran mucho.

Martina y Tomás intercambiaron miradas cómplices y supieron al instante lo que tenían que hacer. "¿Podemos quedarnos con él? Prometemos cuidarlo y darle todo nuestro amor", dijo Tomás con determinación. La señora Ana sonrió emocionada ante tanta generosidad por parte de los niños.

"Por supuesto chicos, veo en ustedes dos corazones llenos de bondad. Estoy segura de que serán una familia maravillosa para este lindo gatito".

Y así fue como Martina, Tomás y el pequeño gato callejero se convirtieron en inseparables compañeros. Los niños lo llamaron Pelusa y juntos vivieron muchas aventuras llenas de amor y alegría.

Desde ese día, Martina y Tomás seguían siendo admirados por todos en Colinas Felices no solo por su acto generoso hacia Pelusa sino también por ser ejemplos vivientes de respeto y bondad para toda la comunidad.

Y colorín colorado este cuento ha terminado, pero recuerda siempre practicar el respetoy la bondad como Martina and Tomás, porque así construirán un mundo mejor juntoscon amor sin igual ¡Qué bonita lección!

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