Martina y el caballero de sus sueños



Había una vez en un reino lejano una niña llamada Martina, que soñaba con casarse con un chico de ojos azules y de armadura.

Desde pequeña, había escuchado historias de caballeros valientes que luchaban contra dragones y salvaban princesas, y siempre imaginaba que algún día encontraría a su propio héroe. Martina vivía en un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y flores silvestres.

Pasaba sus días correteando por los prados, jugando con su gato Tomás y soñando despierta con su futuro esposo. Sus padres la miraban con ternura, sabiendo que era solo cuestión de tiempo antes de que la vida le mostrara el camino hacia su destino.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano al pueblo, Martina escuchó un ruido extraño proveniente de unos arbustos. Con valentía se acercó para investigar y descubrió a un joven apuesto con brillante armadura azul.

Sus ojos eran del color del cielo en un día despejado, tal como ella siempre había imaginado. - ¡Hola! -saludó Martina tímidamente. El joven caballero se levantó y le sonrió amablemente. - ¡Hola! Soy Mateo, ¿y tú cómo te llamas? - Soy Martina.

¡Eres como el héroe de mis sueños! Mateo rió suavemente y le tendió la mano. - Entonces creo que he llegado en el momento justo. He venido a este reino buscando a mi compañera ideal, aquella que comparta mis aventuras y alegrías.

Martina no podía creerlo: ¿acaso estaba frente al chico de ojos azules y armadura que siempre había deseado? Sin dudarlo ni un segundo tomó la mano extendida del caballero.

- ¡Sí! ¡Yo quiero ser esa compañera ideal! Desde ese día, Martina acompañó a Mateo en todas sus hazañas. Juntos recorrieron tierras desconocidas, ayudaron a quienes lo necesitaban y enfrentaron desafíos temibles. Aprendieron el uno del otro: ella le enseñó sobre la bondad y la empatía; él le enseñó sobre coraje y determinación.

Pero un día, durante una batalla contra un feroz dragón, Mateo resultó herido gravemente.

Martina sintió miedo e incertidumbre por primera vez desde que lo conocía; sin embargo, recordando todas las historias de valentía que había escuchado desde niña decidió actuar. Con ingenio y astucia logró distraer al dragón el tiempo suficiente para permitirle a Mateo recuperarse y derrotar a la bestia finalmente. El pueblo entero los aclamó como héroes indiscutibles.

Después de aquella aventura tan intensa e inolvidable, Mateo se arrodilló frente a Martina sosteniendo entre sus manos una preciosa sortija dorada. - Martina -dijo con voz emocionada-, desde el momento en que te vi supe que eras especial para mí.

¿Quieres casarte conmigo? Las lágrimas brotaron en los ojos azules de Martina mientras asentía felizmente.

Y así fue como la niña que soñaba con casarse con un chico de ojos azules y armadura encontró no solo a su héroe sino también al amor verdadero: juntos formaron una pareja invencible capaz de superar cualquier obstáculo gracias al poderoso vínculo basado en valores sólidos como el respeto mutuo, la solidaridad y el amor incondicional.

FIN.

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