Martina y el Deseo Transformador


Había una vez en un pueblo muy lejano, una niña llamada Martina. Martina era diferente a las demás niñas de su edad.

No le gustaba jugar con muñecas ni vestirse con faldas, prefería trepar a los árboles y jugar al fútbol con los chicos del barrio. Un día, mientras jugaba en el parque, un grupo de niños se acercó a ella y comenzaron a burlarse.

"-¡Miren a la niña que juega como un niño! ¡Debe ser un error de la naturaleza!", se reían los chicos. Martina se sintió triste y confundida. No entendía por qué tenía que ser diferente para ser aceptada.

Esa noche, antes de dormir, miró al cielo estrellado y pidió un deseo: quería ser quien realmente era, sin importar lo que dijeran los demás. Al despertar al día siguiente, algo mágico había sucedido. Martina se había transformado en Martín, un niño valiente y seguro de sí mismo.

Al principio se asustó, pero luego recordó su deseo y sonrió. Martín decidió ir al parque para enfrentar a los chicos que se habían burlado de él.

Cuando llegó allí, vio que estaban molestando a una niña por no saber jugar fútbol. Sin dudarlo, se acercó y les dijo: "-¡Déjenla en paz! Todos tenemos derecho a ser quienes somos sin juzgar a otros. "Los chicos quedaron sorprendidos por la valentía de Martín.

Poco a poco, empezaron a respetarlo y aceptarlo tal como era. La niña que estaba siendo molestada también se acercó y le dio las gracias. Desde ese día, Martín siguió siendo él mismo: un niño sensible y fuerte que no tenía miedo de ser diferente.

Aprendió que la verdadera valentía está en aceptarse a uno mismo y en defender aquello en lo que cree.

Y así fue como Martín enseñó una gran lección al pueblo entero: no importa si eres niña o niño, lo importante es ser fiel a uno mismo y luchar por la igualdad y el respeto entre todos los seres humanos. Y colorín colorado este cuento ha terminado, esperando haber dejado semillas de amor e inclusión sembradas en cada corazón.

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