Martina y el Gran Examen de Crecimiento
Era un día soleado en el barrio de Villa Alegre, y Martina se despertó con una mezcla de emoción y nerviosismo. Hoy era el día del examen físico que realizaba su colegio a todos los alumnos de primer año de secundaria. La pequeña, que desde hace unos meses había comenzado a notar cambios en su cuerpo, se sentía un poco insegura.
"¿Mamá, debo ir al examen? ¡Estoy tan nerviosa!" - preguntó Martina mientras se ataba el cabello en una coleta.
"Claro que sí, mi amor. Es completamente normal sentirse así. Todos tus compañeros también están nerviosos. El examen es solo para asegurarse de que todos estén sanos y fuertes. ¡Además, tendrás la oportunidad de aprender algo nuevo!" - respondió su madre con una sonrisa.
Martina respiró hondo y se dirigió a la escuela. Al llegar, se encontró con sus amigos Sofía y Lucas, quienes parecían tan ansiosos como ella.
"¿Están listos para el gran día?" - preguntó Lucas, tratando de hacerles reír.
"No sé, tengo un poco de miedo. ¡Nunca he tenido un examen físico antes!" - admitió Sofía.
Las tres, a pesar de su nerviosismo, decidieron entrar juntas a la sala donde se realizaría el examen. Una vez dentro, se encontraron con el doctor Gómez, un médico amable y comprensivo que había sido el médico del colegio durante años.
"Hola chicos, soy el doctor Gómez. No se preocupen, esto no es un examen como los de matemáticas o lengua. Solo voy a revisar que estén bien y que estén creciendo sanos y fuertes. ¿Están listos para empezar?" - dijo el médico con una sonrisa.
Martina sintió que sus nervios comenzaban a calmarse. El doctor llevó a cada uno de los niños a un área donde les hacían diferentes pruebas: pesarlos, medir su altura, escuchar sus corazones, y algunas preguntas sobre su alimentación y actividades físicas.
"Martina, ¿cuántos años tienes?" - le preguntó el doctor.
"Cumplí 12 en diciembre, doctor." - respondió ella, un poco más tranquila.
Mientras el doctor continuaba con su examen, Martina notó que lo que estaba pasando no era solo una revisión física, sino una oportunidad para aprender sobre su propio cuerpo. El doctor habló sobre la importancia de alimentarse bien, hacer ejercicio y dormir lo suficiente.
"Así es, Martina. La adolescencia es un momento clave donde tu cuerpo crece y se desarrolla. Mejores hábitos ahora pueden transformar tu salud a futuro. ¿Sabías que muchas veces, lo que comes puede afectar tu concentración y energía?" - explicó el doctor.
"¡No lo sabía!" - exclamó ella sorprendida.
Después de realizar su examen, el doctor les dio a cada uno consejos sobre cómo cuidarse y mantenerse activos.
"Recuerden, chicos, el crecimiento no es solo físico, también es emocional y mental. Hablen con sus amigos, compartan sus inquietudes, y lo más importante, no logren crecer solos. Siempre es bueno contar con el apoyo de los demás" - les aconsejó.
Al finalizar el día, Martina se sintió más tranquila y contenta. Había aprendido que los cambios que estaba experimentando formaban parte de un proceso natural y que no estaba sola en sus inquietudes. Junto a sus amigos, comenzó a hacer planes para actividades físicas, como salir a andar en bicicleta y hacer caminatas.
"Oigan, ¿y si hacemos una competencia de bicicletas?" - sugirió Lucas.
"¡Sí! Y podemos hacer una merienda saludable después. Traeré frutas y galletas de avena" - añadió Sofía con entusiasmo.
"¡Perfecto! Creo que a partir de ahora vamos a cuidarnos unos a otros, informado del crecimiento y lo que eso implica." - concluyó Martina, sintiéndose motivada.
Y así, con una nueva perspectiva sobre su crecimiento, Martina y sus amigos se comprometieron a cuidar de su salud y a apoyarse mutuamente, convirtiendo el nerviosismo de un examen en el inicio de una aventura hacia un estilo de vida más saludable y feliz.
FIN.