Martina y la bruja transformada
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Alegría, donde todos los niños jugaban felices y se divertían juntos.
Sin embargo, un día llegó al pueblo una malvada bruja llamada Maltrato Infaltil, que no soportaba ver a los niños felices y decidió sembrar el miedo y la tristeza entre ellos. Los niños del pueblo empezaron a notar cambios en su entorno: sus juguetes desaparecían misteriosamente, las risas se convirtieron en llantos y los juegos en peleas.
Todos estaban asustados y tristes por lo que estaba sucediendo. Un día, Martina, una niña valiente y curiosa, decidió investigar qué estaba pasando.
Se adentró en el bosque encantado donde vivía Maltrato Infaltil y allí la encontró, rodeada de juguetes rotos y mirando con ojos fríos a los niños del pueblo. "¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó Martina con determinación. Maltrato Infaltil se rió con malicia y le dijo: "Estoy cansada de ver a los niños felices.
Quiero que sufran como yo sufro". Martina entendió que la bruja estaba llena de dolor y soledad, por lo que decidió tenderle una mano amiga en lugar de responder con odio.
"No tienes por qué hacer daño para sentirte mejor", le dijo Martina con dulzura. "Puedes encontrar la alegría compartiendo momentos especiales con nosotros". Maltrato Infaltil dudó por un momento, pero luego algo dentro de ella cambió. Recordó cómo solía ser cuando era niña: risueña, curiosa y llena de vida.
Lágrimas brotaron de sus ojos al darse cuenta del daño que había causado. "Perdónenme", dijo Maltrato Infaltil con voz temblorosa. "Estaba equivocada". Los niños del pueblo salieron detrás de Martina para escuchar lo que pasaba.
Al ver a Maltrato Infaltil arrepentida, decidieron perdonarla y darle una oportunidad para cambiar. A partir de ese día, Maltrato Infaltil se convirtió en la mejor amiga de los niños del pueblo.
Juntos repararon los juguetes rotos, rieron sin parar e incluso organizaron una gran fiesta para celebrar su nueva amistad. La historia de Maltrato Infaltil enseñó a todos que el amor y la comprensión son más poderosos que el odio y la venganza.
Y así, en el pueblo de Alegría reinó siempre la felicidad gracias al valor y bondad de una niña llamada Martina.
FIN.