Martina y la defensora de los niños
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde todos los niños vivían felices y jugaban libremente por las calles.
Sin embargo, un día llegó al pueblo la malvada Bruja Malicia, quien tenía el horrible hábito de violar los derechos de los niños. La Bruja Malicia no permitía que los niños jugaran, estudiaran o se divirtieran. Los obligaba a trabajar en su castillo oscuro y les quitaba sus juguetes para hacer pociones mágicas.
Los pequeños habitantes de Villa Esperanza estaban tristes y asustados, sin saber qué hacer para detener a la bruja. Un día, llegó al pueblo Martina, una niña valiente y decidida que había escuchado sobre los abusos de la Bruja Malicia.
Determinada a ayudar a sus amigos, Martina decidió enfrentarse a la malvada bruja. Con valentía, se adentró en el castillo oscuro donde la bruja vivía y se encontró con ella en su sala del trono.
"¡Bruja Malicia! ¡Debes parar de violar los derechos de los niños! Todos merecen ser felices y libres", exclamó Martina con determinación.
La Bruja Malicia se rió con crueldad y dijo: "¡Nunca dejaré que estos niños sean libres! ¡Son míos para hacer lo que quiera!"Pero Martina no se dio por vencida. Con ingenio e inteligencia, ideó un plan para derrotar a la bruja y devolverle la alegría a Villa Esperanza.
Utilizando su astucia y habilidades especiales, logró confundir a la bruja y liberar a todos los niños del castillo oscuro. Al final, la Bruja Malicia fue expulsada del pueblo y nunca más volvió a atormentar a los niños de Villa Esperanza.
Desde entonces, Martina se convirtió en la heroína del pueblo y todos celebraron su valentía y determinación para proteger los derechos de los más pequeños.
Y así, gracias al coraje de una niña dispuesta a luchar por lo justo, Villa Esperanza volvió a ser un lugar lleno de risas, juegos y sueños cumplidos para todos sus habitantes. Porque cada niño tiene derecho a ser feliz y libre, sin importar las amenazas que puedan surgir en el camino.
FIN.