Martina y la noche de aventuras


Había una vez en un pueblo rodeado de montañas, donde la noche era oscura y misteriosa.

Muchos niños tenían miedo a salir de sus casas cuando caía el sol, ya que decían que en las calles aparecían fantasmas y brujas. Un día, llegó al pueblo una niña llamada Martina. Era muy valiente y no tenía miedo a nada, así que decidió explorar el lugar. Cuando cayó la noche, salió a caminar por las calles del pueblo.

De repente, escuchó unos ruidos extraños detrás de ella. Se dio vuelta rápidamente pero no había nadie allí. "Debo estar imaginando cosas", pensó Martina.

Siguió caminando hasta llegar al centro del pueblo donde vio algo que la dejó helada: una bruja volando sobre su escoba y riéndose malvadamente. La niña quería correr pero se quedó paralizada por el terror. La bruja se acercó a Martina y le dijo: "¿Por qué estás tan asustada? No te haré daño".

La niña se sorprendió al ver que la bruja hablaba con voz amable y dulce. "¿Por qué vuelas sobre tu escoba?", preguntó Martina curiosa. "Lo hago porque me gusta sentirme libre como un pájaro", respondió la bruja sonriendo.

Martina comprendió entonces que muchas veces nos dejamos llevar por los prejuicios sin conocer realmente a las personas o criaturas que tememos. Mientras charlaban, apareció un fantasma flotando frente a ellas.

La niña gritó asustada pero la bruja lo saludó amistosamente. El fantasma les contó que estaba perdido y no sabía cómo volver a su casa. Martina, recordando que había sido valiente al llegar al pueblo, decidió ayudar al fantasma.

La bruja y ella lo acompañaron por las calles hasta encontrar el camino correcto. Finalmente, el fantasma desapareció agradecido y Martina se dio cuenta de que aunque la noche fuera oscura y misteriosa, también podía ser llena de aventuras emocionantes si nos atrevemos a enfrentar nuestros miedos.

Desde entonces, Martina salió todas las noches para explorar el pueblo junto con sus nuevos amigos: la bruja y el fantasma. Juntos descubrieron lugares maravillosos y aprendieron a valorarse mutuamente sin importar sus diferencias.

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