Martina y la violeta salvadora
En un hermoso jardín de una pequeña casa en Buenos Aires, vivía Martina, una niña curiosa y amante de la naturaleza. Martina tenía una flor favorita llamada Violeta, a quien cuidaba con mucho amor y dedicación.
Un día, mientras regaba sus plantas, Martina notó que Violeta no lucía tan radiante como de costumbre. - ¡Ay Violeta! ¿Qué te pasa? - preguntó Martina preocupada.
Violeta bajó suavemente sus pétalos y le dijo con voz débil: "Martina, creo que tengo dengue". - ¿Dengue? ¡Pero si eso es una enfermedad que transmiten los mosquitos! - exclamó Martina sorprendida. Justo en ese momento, un pequeño vuequito llamado Vicente se acercó volando hacia ellas.
Vicente era un mosquito muy especial que no quería hacer daño a nadie. Él les explicó a Martina y a Violeta que había visto larvas de mosquitos cerca de la maceta de la flor y que posiblemente habían sido las responsables de transmitir el dengue.
- ¡Oh no! Debemos actuar rápido para salvar a Violeta - dijo Martina decidida. Con la ayuda de Vicente, Martina buscó todas las larvas en el jardín y las eliminaron para evitar más contagios.
Luego prepararon una mezcla especial con ingredientes naturales para fortalecer a Violeta y ayudarla a recuperarse del dengue. Día tras día, Martina cuidaba con esmero a su querida flor, hablándole palabras llenas de cariño y esperanza.
Poco a poco, gracias al amor y los cuidados de Martina, Violeta comenzó a recuperar su vitalidad. Sus pétalos volvieron a brillar con intensidad y su aroma perfumaba todo el jardín.
La valentía y determinación de Martina habían logrado vencer al dengue y devolverle la alegría a su preciada flor. - ¡Gracias por salvarme, querida Martina! Eres una niña increíblemente fuerte y bondadosa - dijo emocionada Violeta. Martina sonrió con orgullo sabiendo que había hecho lo correcto al no rendirse ante la adversidad.
A partir de ese día, prometió seguir cuidando no solo a Violeta sino también a todas las plantas del jardín para prevenir futuros problemas como el dengue.
La historia de cómo Martina enfrentó el dengue en su flor se convirtió en ejemplo para todos los vecinos del barrio, quienes aprendieron la importancia de mantener limpios sus espacios exteriores para evitar enfermedades transmitidas por insectos como los mosquitos.
Y así, entre risas y colores vibrantes, el jardín floreció más hermoso que nunca gracias al amor incondicional de una niña llamada Martina.
FIN.