Martina y las Pruebas del Bosque Encantado



Había una vez en un bosque encantado, un yagrumo mágico que tenía el poder de conceder deseos a aquellos que lo encontraran. Un día, una niña llamada Martina se adentró en el bosque en busca del legendario árbol.

El camino estaba lleno de obstáculos y peligros, pero Martina no se detuvo. Con valentía y determinación, logró sortear cada desafío hasta que finalmente llegó al claro donde se encontraba el imponente yagrumo.

"¡Oh, gran yagrumo! Vengo en busca de tu ayuda", exclamó Martina con voz temblorosa pero llena de esperanza. El árbol milenario la miró con sus ojos brillantes y le dijo: "Para obtener lo que deseas, debes superar tres pruebas".

Martina asintió con determinación y aceptó el desafío. La primera prueba consistía en enfrentar sus miedos más profundos mientras atravesaba un túnel oscuro. Con coraje, la niña avanzó sin titubear hasta llegar al otro lado, donde la esperaba una llave dorada.

"Has superado la primera prueba con valentía", dijo el yagrumo. "Ahora ve hacia el lago azul para la segunda prueba".

Martina siguió las indicaciones del árbol mágico y llegó al lago azul, donde debía encontrar una flor rara que solo florecía bajo la luz de la luna llena. El frío calaba sus huesos mientras buscaba entre los juncos hasta que finalmente descubrió la preciada flor brillando bajo los rayos plateados de la luna. "Eres perseverante y paciente", elogió el yagrumo.

"Solo queda una última prueba antes de que tu deseo se cumpla".

La tercera prueba llevó a Martina a lo más alto de una montaña nevada, donde debía plantar la flor rara en medio del hielo para demostrar su amor por la naturaleza. A pesar del frío intenso, Martina cuidadosamente colocó la flor en el suelo helado y cerró los ojos con fuerza.

De repente, un destello cegador iluminó todo a su alrededor y cuando abrió los ojos, vio mariposas multicolores revoloteando alegremente a su alrededor. El cambio había ocurrido: ahora era parte del bosque encantado como guardiana de sus secretos. "Has demostrado ser digna de mi magia", declaró solemnemente el yagrumo.

"Tu deseo ha sido cumplido". Martina sonrió radiante mientras abrazaba al árbol mágico antes de emprender su nueva vida como protectora del bosque junto a sus amigos animales.

Y así fue como gracias a su valentía e ingenio, logró cambiar no solo su destino sino también el mundo que la rodeaba.

FIN.

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