Martina y su día de aventuras en la playa
Martina era una niña dulce y alegre a la que le encantaba pasar tiempo en la playa. Le gustaba correr descalza por la arena, sentir la brisa en su rostro y escuchar el sonido de las olas. Pero lo que más disfrutaba era jugar con su papá Diego y su mamá. Un día, decidieron pasar un día en familia en la playa.
- ¡Vamos a la playa, Martina! -exclamó su papá entusiasmado.
- ¡Sí, sí! ¡Vamos a construir castillos de arena! -dijo Martina emocionada.
Cuando llegaron a la playa, Martina corrió hacia el mar seguida por sus papás. Juntos recogieron conchas y observaron alegres a los pequeños cangrejos que se escondían entre las rocas. Pero de repente, el cielo se oscureció y comenzó a soplar un viento fuerte.
- ¡Parece que se viene una tormenta! -exclamó preocupada su mamá.
Martina sintió miedo, pero su papá la abrazó y le dijo: 'Tranquila, Martina. Vamos a refugiarnos en la casita de la playa hasta que pase la tormenta'.
Una vez dentro, mamá preparó un picnic y papá empezó a contar chistes para animar el ambiente. Poco a poco, el miedo de Martina se disipó y juntos disfrutaron de la comida, las risas y los juegos de mesa.
Cuando la tormenta cesó, salieron de la casita y descubrieron que la playa se veía más hermosa que nunca, con el sol brillando entre las nubes. Decidieron seguir jugando y construyeron un enorme castillo de arena, el más grande que habían hecho. Martina se sentía muy feliz de tener a su mamá y papá con ella en ese día de aventuras inolvidable.
- ¡Qué lindo día en la playa! -exclamó Martina con una sonrisa radiante.
- Fue genial estar juntos y superar la tormenta como un verdadero equipo -agregó su papá, mientras abrazaba a Martina.
Regresaron a casa con el corazón lleno de alegría y la certeza de que, pase lo que pase, siempre estarían juntos como una familia unida.
FIN.