Martina y su Mundo de Colores
Había una vez, en un barrio lleno de casas coloridas, una niña llamada Martina que tenía 2 años. A Martina le encantaba explorar su entorno. Su curiosidad no conocía límites y cada rincón del mundo era una nueva aventura.
Un soleado día de primavera, Martina decidió salir a jugar al parque con su perrito Rocco. Mientras caminaban, se encontró con una mariposa hermosa que revoloteaba cerca de un árbol.
"¡Mirá, Rocco! ¡Una mariposa!"
"¡Guau, Martina!" respondió Rocco, moviendo la cola emocionado.
Martina estaba tan fascinada que decidió seguir a la mariposa. Cada vez que se acercaba un poco, la mariposa volaba un poco más lejos.
"¡No te vayas! ¡Quiero jugar contigo!"
Pero la mariposa solo reía y se escapaba por el aire. "Entonces, ¡te seguiré!" pensó Martina y comenzó a correr.
Martina corrió tras la mariposa, pero de repente, se dio cuenta de que había dejado atrás a Rocco. Miró hacia atrás y no lo vio.
"¡Rocco!" gritó con preocupación.
En ese momento, la mariposa se posó sobre una flor, y Martina sintió que debía hacer una elección.
"¿Voy a seguir a la mariposa o busco a Rocco?"
Mientras pensaba en eso, se acordó de lo que su mamá siempre le decía: "Es importante cuidar de nuestros amigos".
Martina decidió regresar:
"¡Rocco, aquí vengo!"
Corrió de regreso al lugar donde lo había dejado y lo encontró sentado en la sombra de un árbol, mirando un grupo de patitos que nadaban en el charco.
"¡Te encontré! ¡No te vayas más, Rocco!"
"Guau, Martina. Pensé que te habías perdido. ¡Qué bueno que volviste!"
Ambos se sentaron bajo el árbol y comenzaron a mirar a los patitos.
"Mirá, son tan bonitos. ¿Por qué están todos juntos?" preguntó Martina.
"Quizás porque se cuidan entre ellos. En el agua se siente más seguro cuando hay amigos, ¿no crees?"
"Sí, siempre es mejor jugar con amigos," dijo Martina mientras acercaba su mano para acariciar a Rocco.
De repente, la mariposa volvió a aparecer, danzando en el aire.
"¡Mirá, Rocco! ¡La mariposa!"
"¡Guau, ahí viene!" Y salieron corriendo felices tras de ella otra vez. Esta vez Martina lo hizo muy despacio, cuidando a su amigo y disfrutando de la belleza de la mariposa en su vuelo.
La mariposa voló hacia un rincón del parque donde había un grupo de niños jugando con pintura. Sus rostros estaban llenos de colores.
"¡Vamos! ¡Vamos a jugar!" gritó Martina entusiasmada.
"¡Sí! Pero vamos a cuidar de Rocco también," dijo Martina, mientras lo sostenía con fuerza para que no se fuera con otros perros.
Llegando al grupo, los niños la recibieron con alegría.
"¿Querés pintar con nosotros?" le preguntó uno de los chicos.
"¡Sí!" exclamó Martina. Y mientras pintaba con los dedos, la mariposa voló sobre la mesa y dejó caer un poco de polen de colorido dejando un brillo en el aire.
"Mirá, Rocco. ¡Es el color de la mariposa!" dijo Martina feliz.
Aquel día, Martina aprendió sobre la importancia de cuidar a sus amigos, de disfrutar las pequeñas cosas y de compartir momentos divertidos. Al final del día, a Martina le pareció que el mundo era un lugar mucho más bonito, lleno de colores y amigos.
Y así, volvió a casa con Rocco con un corazón lleno de alegría y un nuevo secreto sobre la amistad que nunca olvidaría.
FIN.