Martina y sus amigos del campo



Había una vez una niña llamada Martina que vivía en la ciudad y estaba acostumbrada al ruido de los autos y las luces brillantes de la ciudad.

Un día, decidió irse a pasar el fin de semana al campo para disfrutar del aire libre. Cuando llegó al campo, se encontró con un pequeño conejo que saltaba felizmente por entre los árboles. Martina se acercó con cuidado y le tendió la mano para acariciarlo.

El conejo no tuvo miedo y comenzaron a jugar juntos. - ¡Hola amiguito! ¿Cómo te llamas? - preguntó Martina. - Soy Pompón - respondió el conejo.

Martina y Pompón pasearon por todo el campo, corrieron detrás de las mariposas, jugaron a esconderse entre los arbustos y recogieron flores silvestres. Fue un día lleno de aventuras y diversión. De repente, escucharon un sonido extraño que venía del bosque. Era un zorro hambriento que buscaba algo para comer.

Pompón se asustó mucho pero Martina lo tomó en brazos para protegerlo. - No tengas miedo Pompón, yo te cuidaré - dijo Martina con ternura. El zorro se acercaba cada vez más cuando apareció un perro guardián del campo que ahuyentó al zorro.

Martina sintió mucha gratitud hacia el perro guardián por haber salvado a su nuevo amigo. Al caer la noche, regresaron a la casa donde estaban hospedados para descansar después de un largo día lleno de aventuras.

Martina estaba feliz de haber conocido a Pompón y agradecida por la valentía del perro guardián. - Gracias por ser mi amigo, Pompón - dijo Martina mientras acariciaba al conejo.

- Gracias a ti por cuidarme - respondió Pompón con una sonrisa en su cara peluda. Martina aprendió que la amistad no tiene límites y que siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos cuando lo necesitamos.

Desde ese día, cada vez que podía, volvía al campo para pasar tiempo con sus amigos animales y disfrutar del aire libre.

FIN.

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