Martina y sus Amigos Peludos



En la escuela "Los Amigos Felices", donde todos los niños eran muy unidos y se conocían desde pequeñitos, llegó un día una niña llamada Martina. Era diferente a los demás: era lerda, delgada, tímida y usaba lentes.

Los 19 amigos estaban jugando en el patio cuando vieron llegar a Martina. Al principio, algunos de ellos se quedaron mirándola con curiosidad. Pero pronto se acercaron para darle la bienvenida.

- ¡Hola! ¿Cómo te llamas? -preguntó Lucas, uno de los amigos más extrovertidos. Martina sonrió tímidamente y respondió: - Hola, me llamo Martina. ¿Y ustedes? Los amigos se presentaron uno por uno y le dijeron sus nombres.

Desde ese momento, decidieron incluir a Martina en todas sus actividades y juegos. Aunque al principio Martina no podía seguir el ritmo de las actividades tan rápido como los demás niños, sus nuevos amigos siempre la esperaban pacientemente.

Un día, mientras jugaban al fútbol en el patio de la escuela, Martina intentó patear la pelota pero falló. Se sintió triste porque pensaba que nunca podría ser buena en nada. Fue entonces cuando Tomás, uno de los amigos más inteligentes del grupo dijo: - No te preocupes, Martina.

Todos tenemos habilidades diferentes. Tal vez tú seas muy buena en otra cosa que nosotros no sabemos hacer aún. Martina reflexionó sobre las palabras de Tomás y decidió buscar su propia habilidad especial.

Probó pintar cuadros coloridos como Olivia; cantar canciones bonitas como Carolina; e incluso correr tan rápido como Juan. Pero nada de eso le gustaba tanto como a los demás.

Un día, mientras caminaba por el bosque cerca de la escuela, Martina encontró una pequeña mariposa herida en el suelo. Con mucho cuidado, la recogió y la llevó a su casa para curarla. Martina descubrió que tenía un talento especial para cuidar y ayudar a los animales.

A partir de ese momento, se convirtió en la protectora oficial de todos los animalitos del colegio. Los amigos quedaron asombrados al ver cómo Martina podía calmar a un pajarito asustado o rescatar a una rana perdida. Admiraban su dedicación y amor hacia los animales.

Poco a poco, Martina fue ganando confianza en sí misma gracias al apoyo incondicional de sus amigos. Ya no era tan tímida como antes y participaba activamente en todas las actividades escolares.

Un día, llegó el concurso anual de talentos donde cada niño debía mostrar lo mejor de sí mismo frente a todo el colegio. Los amigos decidieron que Martina debería representarlos con su increíble habilidad para cuidar animales.

Martina estaba nerviosa pero sabía que tenía el apoyo de sus amigos. Cuando subió al escenario con un conejito blanco en brazos, todos quedaron impresionados por su ternura y dedicación hacia los animales.

Al final del concurso, Martina recibió una medalla dorada por su talento único y por ser una gran amiga para todos los niños del colegio "Los Amigos Felices". Desde ese día, Martina se sintió más segura de sí misma y nunca más volvió a sentirse diferente.

Los 19 amigos continuaron compartiendo aventuras y aprendizajes juntos, recordando siempre que cada uno tiene su propio talento especial.

Y así, en la escuela "Los Amigos Felices", todos aprendieron una valiosa lección: no importa cómo seamos por fuera, lo importante es el amor y la amistad que tenemos dentro de nosotros.

FIN.

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