Martíns Journey


Había una vez en la hermosa ciudad de Palpa, un pequeño árbol de naranja que vivía en medio de un prado verde y florido.

Este árbol era el único que quedaba en todo el pueblo, ya que los demás habían sido quemados por los pobladores debido a una antigua maldición. La gente del pueblo creía que aquel árbol estaba maldito por un ser mágico y temían acercarse a él.

Decían que las naranjas eran venenosas y que si alguien se atrevía a comerlas, sufriría terribles consecuencias. Por eso, todos evitaban pasar cerca del árbol y le lanzaban miradas llenas de desprecio. Un día, llegó al pueblo un niño llamado Martín.

Era curioso y aventurero, y no entendía por qué todos odiaban tanto al árbol de naranja. Decidió investigar más sobre la historia detrás de esta maldición y descubrir la verdad. Martín comenzó a preguntarle a los ancianos del pueblo sobre el origen de la leyenda.

Uno tras otro le contaron historias fantásticas sobre criaturas mágicas y hechizos poderosos. Pero nadie sabía realmente lo que había sucedido con aquel árbol.

Decidido a encontrar respuestas, Martín decidió adentrarse en el bosque donde se encontraba el árbol prohibido. Caminó durante horas hasta llegar al prado verde donde se erguía majestuosamente el solitario naranjo. Al acercarse al árbol, Martín notó algo extraño: las ramas parecían tristes y las hojas marchitas.

Comenzó a hablarle al árbol con ternura, como si fuera un amigo. "Hola, querido árbol. ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué todos te odian tanto?"- preguntó Martín en voz baja.

Para su sorpresa, el árbol respondió en una voz suave y melancólica: "Hace muchos años, un ser mágico me concedió el don de dar naranjas dulces y jugosas a todo aquel que se acercara. Pero los pobladores del pueblo no entendieron mi regalo y comenzaron a abusar de él.

Quemaron los otros naranjos para obtener más frutas sin importarles el equilibrio de la naturaleza". Martín escuchaba atentamente mientras lágrimas llenaban sus ojos. Él sabía que tenía que hacer algo para cambiar esa situación injusta.

"Querido árbol, prometo cuidarte y amarte como mereces. Me encargaré de enseñarle a la gente del pueblo sobre el valor de la naturaleza y cómo podemos vivir en armonía con ella"- dijo Martín con determinación.

Así comenzó una nueva etapa en Palpa: Martín organizó charlas educativas para niños y adultos sobre la importancia de respetar el medio ambiente y valorar los recursos naturales. También plantaron nuevos naranjos por todo el pueblo, promoviendo así la diversidad y sostenibilidad.

Con el tiempo, los habitantes comenzaron a comprender lo valioso que era ese pequeño árbol de naranja. Aprendieron a disfrutar de sus frutos sin abusar ni maltratarlo.

El prado verde volvió a llenarse de alegría y color, gracias al esfuerzo y compromiso de Martín y los pobladores. El árbol de naranja se convirtió en un símbolo de respeto y amor por la naturaleza. Y así, Palpa se transformó en un lugar donde todos aprendieron a valorar cada ser vivo que habitaba su tierra.

La historia del árbol maldito se convirtió en una lección para nunca juzgar por apariencias y cuidar el mundo que nos rodea. Desde aquel día, Martín fue recordado como el niño valiente que cambió la mentalidad del pueblo.

Y el árbol de naranja, convertido en el tesoro más preciado de Palpa, continuó regalando sus dulces frutos a quienes lo trataban con amor y respeto. Y así termina esta historia, queridos niños.

Recuerden siempre cuidar y amar la naturaleza, porque solo así podremos vivir en un mundo mejor. Fin.

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