Mascotas aventureras
Había una vez una casa muy grande y hermosa en la que vivía Male, una niña de 7 años.
En esa casa había dos mascotas muy especiales: Tini, una perrita blanca y esponjosa, y Kitty, una gatita blanca y negra con ojos grandes y brillantes. Tini y Kitty eran las mejores amigas de Male. Juntas jugaban todo el día, se divertían explorando cada rincón de la casa.
A veces se metían en problemas como cuando rompieron un jarrón antiguo o cuando comieron el pastel que estaba destinado para el cumpleaños de la abuela. Un día mientras Male estaba en la escuela, Tini y Kitty decidieron ir a explorar el jardín trasero de la casa.
Allí encontraron un pequeño agujero en la cerca por donde pudieron salir al vecindario. - ¡Miren! - dijo Tini emocionada - Podemos ir más allá del jardín. - No sé si deberíamos hacerlo - respondió Kitty preocupada - podríamos perdernos.
Pero Tini no quería escucharla e insistió en seguir adelante. Las dos amigas caminaron por las calles del vecindario hasta que llegaron a un parque cercano. Allí jugaron con otros perros y gatos durante horas hasta que empezó a oscurecer.
- Ya es tarde - dijo Kitty nerviosa - debemos regresar antes de que Male se preocupe por nosotras. Pero al intentar volver a casa descubrieron que estaban completamente perdidas.
No sabían cómo encontrar su camino de vuelta a casa. - ¿Y ahora qué haremos? - preguntó Tini asustada. - No lo sé - respondió Kitty con lágrimas en los ojos - pero no podemos quedarnos aquí toda la noche.
Mientras tanto, Male había regresado a casa y se había dado cuenta de que sus mascotas habían desaparecido. Buscó por todas partes y cuando no las encontró decidió salir a buscarlas. Caminando por el vecindario escuchó unos ladridos y maullidos familiares.
Se acercó corriendo al parque donde encontró a Tini y Kitty perdidas y asustadas. - ¡Tini! ¡Kitty! - gritó emocionada mientras las abrazaba fuertemente - ¿Cómo fue que llegaron tan lejos? Las dos amigas explicaron lo sucedido mientras Male las llevaba de vuelta a casa.
A partir de ese día, prometieron nunca más aventurarse sin compañía humana. De regreso en casa, Male les preparó una cena especial para celebrar su regreso sano y salvo.
Las tres amigas aprendieron una valiosa lección sobre los peligros de perderse en un lugar desconocido y la importancia de mantenerse juntas para siempre estar seguras. Desde entonces, Tini y Kitty disfrutaban cada momento jugando en la seguridad del hogar junto con su mejor amiga Male.
Juntos crecieron felices compartiendo muchas aventuras más dentro de su hogar lleno de amor.