Mateo and the Secret of Monchito
Había una vez un niño llamado Mateo que vivía en una pequeña casa en el barrio de Flores, en Buenos Aires. Mateo era un niño muy curioso y siempre estaba buscando aventuras para vivir.
Una noche, mientras todos dormían, Mateo escuchó un extraño ruido proveniente de su placard. Se levantó sigilosamente de su cama y se acercó despacio hacia el mueble.
Con mucho valor, abrió la puerta del placard y para su sorpresa ¡encontró a un monstruo! El monstruo era verde y animal, pero tenía una mirada amigable. No parecía ser peligroso. Mateo decidió hablar con él. "Hola ¿quién eres?"- preguntó Mateo con voz temblorosa.
El monstruo se presentó como Monchito y le explicó que había llegado al placard por accidente mientras jugaba con sus amigos monstruos en otro mundo paralelo. Mateo no pudo evitar sentirse emocionado por conocer a un monstruo real.
Sin embargo, también estaba preocupado por lo que sus padres podrían pensar si descubrían a Monchito en su habitación. "Monchito, me encantaría tenerte aquí pero mis padres no entenderían"- dijo Mateo tristemente. Monchito entendió la preocupación de Mateo y decidió ayudarlo a encontrar una solución.
Juntos idearon un plan para mantener a Monchito oculto durante el día y permitirle salir del placard solo por las noches. Durante el día, Monchito se escondía debajo de la cama o dentro del armario cuando alguien entraba a la habitación de Mateo.
Los dos amigos pasaban horas hablando, jugando y compartiendo secretos durante las noches. Con el tiempo, la amistad entre Mateo y Monchito se fortaleció cada vez más.
Mateo aprendió muchas cosas sobre los monstruos y Monchito descubrió el valor de tener un amigo humano. Un día, mientras paseaban juntos por el parque, Mateo encontró a Lucas, su mejor amigo desde el jardín de infantes. Lucas era muy valiente y siempre estaba dispuesto a enfrentar nuevos desafíos.
Mateo decidió contarle a Lucas sobre Monchito y lo llevó a su casa para presentárselo. "Lucas, te quiero presentar a mi amigo Monchito. Es un monstruo que vive en mi placard"- dijo Mateo emocionado.
Lucas miró sorprendido al pequeño monstruo verde pero rápidamente comprendió que no era peligroso. Los tres amigos comenzaron a jugar juntos y disfrutaron de tardes llenas de aventuras.
La noticia de la existencia del monstruo en el placard se extendió rápidamente por todo el barrio y muchos niños comenzaron a visitar la casa de Mateo para conocerlo. Monchito se convirtió en una figura querida en Flores, incluso apareció en los periódicos locales como "El amigable monstruo del barrio".
Todos los niños aprendieron que no debían temerle solo por ser diferente. La historia de Mateo y Monchito inspiró a muchas personas a aceptar las diferencias entre ellos mismos y los demás. Aprendieron que todos somos únicos e importantes sin importar nuestra apariencia o procedencia.
Y así fue como un monstruo en el placard cambió la vida de Mateo y enseñó a toda una comunidad que la amistad y el respeto son más fuertes que cualquier diferencia.
Y aunque Monchito tuvo que regresar a su mundo, siempre dejó un recuerdo imborrable en el corazón de Mateo y en todos los niños del barrio de Flores.
FIN.