Mateo, Defensor de los Animales
**Ilustración 1: Mateo, un niño de cabello rizado y gran sonrisa, rodeado de árboles y animales en la selva.**
Había una vez un niño llamado Mateo que vivía en un pequeño pueblo al borde de un bosque frondoso. Mateo amaba a los animales más que nada en el mundo. Su mejor amigo era un loro llamado Pipo, que siempre volaba alrededor de él.
**Ilustración 2: Mateo y Pipo sentados en una rama, observando a un grupo de ciervos cerca del arroyo.**
Un día, mientras paseaban, Mateo escuchó un extraño ruido.
"¿Qué será eso, Pipo?"
"No lo sé, Mateo. ¡Vamos a investigar!"
Con curiosidad, Mateo se acercó al lugar de donde provenía el ruido y se encontró con una jaula. Dentro había un pequeño zorro atrapado, asustado y temblando.
**Ilustración 3: Mateo arrodillado junto a la jaula, con su mano extendida hacia el zorro.**
"¡Pobre zorro! No puedes quedarte aquí. Tienes que salir de esa jaula."
"Pero, ¿cómo lo hago?"
Mateo miró a su alrededor y recordó que había visto un par de herramientas en el taller de su abuelo. Sin pensarlo, corrió hacia su casa, mientras Pipo volaba detrás de él.
**Ilustración 4: Mateo en el taller de su abuelo, buscando herramientas entre tornillos y clavos.**
Con ágil destreza, Mateo regresó al bosque con un destornillador y un martillo.
"Esto no debe ser tan difícil," pensó. Y comenzó a trabajar para abrir la jaula. Pero, ¿qué pasaba? El zorro estaba muy nervioso.
"No te preocupes, amiguito, estoy aquí para ayudarte. Estás a salvo conmigo."
Finalmente, con un último giro, la jaula se abrió. El zorro, con un brillo de agradecimiento en sus ojos, salió corriendo hacia el bosque.
**Ilustración 5: El zorro corriendo felizmente hacia el bosque, mientras Mateo y Pipo lo miran.**
"¡Lo logré, Pipo! ¡Lo liberé!"
Pero, mientras celebraban, Mateo se dio cuenta de que el zorro no era el único en peligro. Con el corazón latiendo rápido, se preguntó:
"¿Por qué estaba atrapado? ¿Quién más está en peligro?"
Decidido a encontrar respuestas, Mateo decidió explorar más a fondo. Junto con Pipo, descubrió que varios animales estaban siendo capturados para ser vendidos en el mercado negro.
**Ilustración 6: Mateo y Pipo mirando a unos hombres que están colocando trampas en el bosque.**
"¡Esto no puede ser! ¡Debo ayudarlos!"
Mateo sabía que no podía hacerlo solo. Regresó a su pueblo y reunió a sus amigos.
"¡Chicos! ¡Necesitamos ayudar a los animales del bosque! Algunos hombres están colocando trampas para atraparlos."
"¡Pero, Mateo! ¿Qué podemos hacer?"
"Vamos a hacer carteles, a hablar con los adultos y a concientizar sobre la importancia de proteger a los animales."
**Ilustración 7: Mateo y sus amigos trabajando juntos, dibujando y pintando carteles coloridos.**
Los niños trabajaron arduamente y, en un par de días, habían llenado el pueblo con sus coloridos carteles que decían: "¡Protejamos a nuestros amigos del bosque!"
**Ilustración 8: Un grupo de adultos mirando los carteles, con expresiones de sorpresa y complicidad.**
Los adultos comenzaron a darse cuenta de la importancia de cuidar a los animales. Juntos, decidieron marchar hacia el bosque y confrontar a los hombres que habían puesto las trampas.
"¡DETENEDLO AHORA!" gritaron al unísono.
Los hombres se asustaron y, al ver que la comunidad se unía, decidieron marcharse.
**Ilustración 9: La comunidad alrededor de Mateo, sonriendo y vitoreando mientras los hombres se alejan.**
Mateo y sus amigos se convirtieron en héroes locales, y a partir de ese día, todos en el pueblo se comprometieron a cuidar del bosque y de sus criaturas.
**Ilustración 10: Mateo, Pipo y el zorro jugar juntos en el bosque, felices y libres.**
Mateo sonrió, sabiendo que había hecho una diferencia.
"¡Vivamos en armonía con los animales!"
Desde ese día, cada vez que recorría el bosque, Mateo se aseguraba de que sus amigos estuvieran a salvo.
Y así, el pequeño defensor de los animales enseñó a todos la importancia del respeto y la protección de la vida silvestre.
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FIN.