Mateo, el duende verde



En un pequeño pueblo al pie de una montaña vivía Mateo, un niño curioso y lleno de energía. Un día, se acercaba la fiesta del pueblo y Mateo decidió que quería disfrazarse de duende verde. Buscó por toda la casa y encontró una manta vieja del color perfecto. Con la ayuda de su mamá, logró transformarla en un hermoso disfraz.

El día de la fiesta, Mateo se puso su atuendo de duende verde y salió a la calle. Al principio, todos se sorprendieron al verlo, pero luego lo felicitaron por su originalidad. Mateo se sentía muy emocionado y feliz con su disfraz.

Mientras paseaba por la plaza, vio a un grupo de amigos que estaban molestando a un perrito callejero. Mateo, decidido a ayudar, se acercó y les dijo: 'Chicos, no está bien asustar al perrito. Todos merecen ser tratados con amabilidad.' Los amigos se sintieron avergonzados y se disculparon. El perrito, agradecido, se acercó a Mateo y comenzaron a jugar juntos.

De repente, un grito de auxilio resonó por la plaza. Mateo y el perrito corrieron hacia el sonido y encontraron a una señora mayor que se había tropezado. Mateo, sin dudarlo, se acercó y le tendió la mano. '¿Estás bien?' preguntó con un tono amable. La señora, con lágrimas en los ojos, agradeció a Mateo por su ayuda.

A partir de ese día, Mateo se convirtió en el héroe del pueblo. Siempre dispuesto a ayudar y mostrar amabilidad a todos, sin importar quiénes fueran. Y todo eso lo aprendió siendo un duende verde, un disfraz que le enseñó a ser valiente y solidario.

Y así, el pequeño Mateo demostró que un verdadero héroe no necesita capa ni poderes mágicos, solo necesitas bondad y valentía en el corazón.

FIN.

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