Mateo, La Montaña y el Lago de los Sueños



En un rincón mágico del mundo, había una inmensa montaña llamada Mateo. Sus cumbres tocaban el cielo y en sus pendientes crecían árboles de muchos colores. A los pies de Mateo se encontraba el Lago de los Sueños, un lugar donde las aguas eran tan tranquilas que reflejaban el cielo azul como un espejo. Todo en ese lugar era perfecto, excepto cuando la tormenta decidía hacer una visita inesperada.

Un día, en el corazón de Mateo, vivía una ardilla llamada Roco que soñaba con conocer el otro lado del lago. Ella pasaba los días disfrutando de las verduras del bosque, pero sentía que debía haber más allá de la calma del lago.

"¿Qué habrá al otro lado?", se preguntaba Roco mirando las aguas cristalinas.

Un día, mientras recolectaba nueces, una nube negra apareció de repente en el cielo y comenzó a girar. Roco se asustó y gritó:

"¡Ay, no! ¡Una tormenta! ¿Qué pasará con el lago?"

La tormenta no tardó en desatar su furia y Roco tuvo que refugiarse bajo una roca. Desde ahí veía cómo las olas del lago empezaban a agitarse. Justo en ese momento, el anciano pez Sabio, que vivía en el lago, emergió en la superficie.

"¡Roco! ¡No tengas miedo!", le dijo con voz profunda. "Las tormentas son necesarias, aunque parezcan aterradoras. Después de cada tormenta, el agua se vuelve más clara y nueva, ¡y los sueños también!

Roco, intrigada, preguntó:

"¿Cómo puede ser eso posible?"

El pez Sabio continuó:

"Las tormentas nos enseñan a ser valientes. Si nunca enfrentamos el miedo, nunca sabremos lo fuertes que podemos ser. Cuando la tormenta pase, te invito a salir y verás cómo todo va a estar mejor."

La tormenta rugió por un buen rato, pero finalmente se calmó. Roco, llena de curiosidad, salió de su refugio y vio cómo el lago, después del caos, empezaba a brillar con un ligero resplandor.

"¡Miralo! Es como si el lago estuviera despierto!", exclamó emocionada.

Sin pensarlo dos veces, Roco se acercó al agua. Cuando llegó, vio que en el fondo había burbujas que danzaban.

"¿Qué son esas burbujas?", preguntó sorprendida.

El pez Sabio respondió:

"Son los sueños de aquellos que se atrevieron a soñar. Cada burbuja representa una aventura esperando ser vivida. Algunas burbujas son grandes, otras pequeñas, pero todas llevan alegría y sorpresas".

"¿Puedo tocar una?", indagó Roco.

Con una sonrisa, el pez Sabio dijo:

"Por supuesto, pero primero tienes que elegir el sueño que más desees".

Roco miró las burbujas y sintió que un deseo especial la llamaba.

"Quiero ver el otro lado del lago y descubrir todo lo que hay allí".

Con un chapoteo suave, eligió la burbuja que brillaba más intensamente. Tan pronto como la tocó, sintió una corriente mágica que la llevó hacia el cielo, cruzando por encima del lago y más allá. Cuando finalmente aterrizó, se encontraba en un nuevo lugar lleno de flores extrañas y coloridas criaturas.

"¡Esto es increíble!", dijo, llenándose de asombro.

Sin embargo, de repente, el cielo empezó a oscurecerse nuevamente. Roco empezó a dudar:

"¿Y si regreso? No quiero enfrentar otra tormenta..."

Pero recordó las palabras del pez Sabio y la valentía que había mostrado al cruzar el lago.

"No, no me volveré a esconder. Los sueños también incluyen desafíos. ¡Estoy lista!"

La tormenta que se avecinaba no la detuvo. En cambio, decidió explorar al máximo este nuevo mundo. Se adentró en un bosque misterioso, donde conoció a nuevos amigos: una mariposa llamada Lila y una rana bromista llamada Tito.

"¿Cómo te llamas?", preguntó Lila con curiosidad.

"Soy Roco, una ardilla que decidió perseguir sus sueños".

Así, juntos enfrentaron desafíos, compartieron risas y descubrieron que hay mucho más en el mundo que sólo lo que se ve. Cuando la tormenta finalmente pasó, el lugar brillaba aún más de color y belleza.

Roco entendió en ese momento que era hora de regresar. Se despidió de sus nuevos amigos, prometiendo que volvería a visitarlos. Regresó al Lago de los Sueños y se encontró de nuevo con el pez Sabio.

"¡Lo logré! Conocí el otro lado y fue maravilloso", exclamó Roco.

El pez Sabio sonrió con satisfacción.

"Así es como se construyen los sueños, Roco. A veces, la tormenta es solo el principio de algo más grande. Recuerda siempre que la valentía es lo que te llevará a vivir tus deseos".

Y desde ese día, Roco no temió a las tormentas. Cada vez que oía los truenos, sabía que algo maravilloso la estaba esperando justo al otro lado.

Con el tiempo, Roco se convirtió en una gran aventurera, compartiendo su historia con otros que tenían miedo y ayudándolos a enfrentar sus propias tormentas. Y así, la montaña Mateo, el lago calma y la valiente ardilla Roco vivieron felices, recordando que el miedo puede ser superado y que cada tormenta puede conducir a un nuevo sueño.

FIN.

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