Mateo y el Color de su Mundo



Era un día soleado en la ciudad de Buenos Aires y Mateo, un niño de seis años, estaba dibujando en su habitación. Tenía una forma muy especial de ver las cosas, vio la posibilidad de crear un mundo lleno de colores y formas que sólo él podía imaginar.

Sus padres, Clara y Joaquín, observaron desde la puerta con una sonrisa en sus rostros. Ambos sabían que era el momento de hablar con Mateo sobre algo muy importante.

"¿Mateo, podemos hablar un momento?" - preguntó Clara suavemente.

"¡Sí! Estoy dibujando un dinosaurio volador que lanza arcoíris!"

"¡Suena genial! Pero queremos contarte algo sobre ti, sobre cómo ves el mundo, que también es muy especial" - agregó Joaquín mientras se sentaban junto a él.

Mateo miró a sus padres con curiosidad, dejando de lado sus lápices.

"¿Qué hay de especial de mí?"

"Mateo, a veces hay cosas que hacen que las personas sean diferentes, pero esas diferencias pueden ser increíbles" - empezó Clara.

"Sí, como tus dibujos. A veces te pasas horas creando cosas y eso es un don muy especial" - interrumpió Joaquín.

"¿Don? ¿Qué es eso?"

"Un don es algo que se hace muy bien o se hace de una manera que nadie más puede" - replicó Clara.

Mateo se quedó pensativo y miró por la ventana, donde un grupo de niños jugaban.

"¿Yo soy diferente a ellos?"

"Todos somos diferentes, Mateo. Todos tenemos algo único que ofrecer. Por ejemplo, hay niños que son buenos jugando al fútbol, otros que hacen música, y tú eres genial dibujando y soñando en grande" - explicó Joaquín.

"Sí, pero..." - respondió Mateo con un suspiro. "¿Eso significa que no puedo jugar?"

"Al contrario, significa que algunas cosas pueden ser un poco más difíciles, pero eso no quiere decir que no puedas hacerlo. A veces, tu mente trabaja de manera diferente" - aclaró Clara con facilidad.

"Tu mente brilla en colores que otros no ven, y eso es lo que te hace especial. Algunos lo llaman autismo, pero también se le dice autismo de alto rendimiento porque tienes talentos excepcionales" - agregó Joaquín.

Mateo miró sus dibujos por un momento, sus ojos iluminándose.

"¿Como los superhéroes?"

"Exactamente, ¡como los superhéroes! Cada uno tiene sus poderes especiales" - afirmó Clara.

"El mío es dibujar y encontrar patrones que nadie más ve" - dijo Mateo con una sonrisa.

De repente, se le ocurrió una idea.

"¡Voy a crear una aventura de superhéroes que se ayuden a sí mismos con sus talentos!"

"Eso sería increíble, Mateo. Podés incluir personajes que tengan diferentes habilidades y se apoyen entre sí" - sugirió Joaquín.

"Sí! Y un personaje que siempre se siente un poco diferente, pero que se da cuenta de que su diferencia es su superpoder!" - agregó emocionado Mateo.

Los padres de Mateo sintieron que estaban en el camino correcto y la conversación se había transformado en algo positivo. Clara se inclinó sobre el dibujo de su hijo y dijo:

"A veces puede parecer complicado, pero siempre estaremos aquí para apoyarte en tu viaje".

"Y te alentaremos a que uses esos dones especiales cada vez que quieras" - añadió Joaquín.

Mateo miró a sus padres y sintió una mezcla de emociones: alegría, curiosidad y un poco de nerviosismo.

"¿Va a ser difícil?"

"A veces será un poquito más complicado, pero siempre será tu aventura, y lo mejor es que no estás solo. Siempre estaré aquí para ayudarte" - dijo Clara con ternura.

El día terminó con Mateo sintiéndose más confiado. Su mente seguía llena de ideas y colores, y sabía que, aunque el mundo pudiera parecer diferente, tenía un lugar especial en él. Mientras seguía dibujando su historia de superhéroes, entendió que ser diferente era una fuerza y no una debilidad.

Desde ese día, Mateo se sintió realmente empoderado. Comenzó a compartir sus dibujos con sus amigos, y juntos hacían historias con ellos en el parque.

Con el tiempo, se dio cuenta de que cada niño, en su singularidad, contribuía a hacer de su mundo un lugar mucho más colorido y emocionante, y eso le llenó de inspiración.

Y así, Mateo aprendió que ser diferente era parte de su superpoder y que siempre habría alguien que lo apoyaría en sus aventuras.

Ese día comenzó un nuevo capítulo en la vida de Mateo, uno lleno de confianza y entusiasmo.

La historia de Mateo es sólo una más entre millones de historias de superhéroes únicos en su propia travesía, donde cada diferencia es una oportunidad para brillar con luz propia.

FIN.

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