Mateo y la lección de lealtad


En un pequeño pueblo llamado Funes Navarra, vivía un niño llamado Mateo. A él le encantaba escuchar las historias que su abuelita le contaba sobre la historia de Barranco del Rey.

Un día, mientras jugaba en el campo, se encontró con un anciano sabio que le dijo: "¡Hola, joven Mateo! ¿Sabes por qué se llama Barranco del Rey a ese lugar?"Mateo sacudió la cabeza y respondió: "No lo sé, ¿me lo puedes contar?"El anciano sonrió y comenzó a relatarle la historia:"- Hace muchos años, en este mismo lugar donde estamos parados ahora, el rey Sancho Garcés IV y su hermano Ramón estaban cazando en el monte.

El rey confiaba plenamente en su hermano, pero Ramón tenía envidia de la corona y decidió traicionarlo. En un acto despiadado, empujó al rey por el barranco de Peñalén. "Mateo escuchaba atentamente cada palabra del anciano.

"- Desde entonces - continuó el anciano -, ese lugar se conoce como Barranco del Rey. Pero esta historia nos enseña una gran lección: la importancia de la honestidad y la lealtad. La traición nunca lleva a nada bueno.

"Mateo reflexionó sobre las palabras del anciano y decidió hacer algo al respecto. Se propuso ser siempre honesto y fiel a sus amigos y familiares. Desde ese día, Mateo se convirtió en un ejemplo para los demás niños del pueblo.

Siempre estaba dispuesto a ayudarlos y nunca traicionaba su confianza. Con el tiempo, las personas empezaron a llamarlo cariñosamente "El Príncipe Leal". Y así, Mateo aprendió que las acciones nobles siempre son recordadas y valoradas por todos.

Y colorín colorado, este cuento ha enseñado que la verdadera grandeza reside en el corazón de aquellos que actúan con bondad y sinceridad. .

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