Mateo y la llave mágica del tiempo



Mateo era un niño curioso y aventurero que un día descubrió una llave mágica en el desván de su casa. La llave era antigua y estaba cubierta de extraños símbolos.

Al tomarla en sus manos, Mateo sintió un cosquilleo en todo su cuerpo, y en ese momento supo que aquella llave era especial. Al probarla en la cerradura de un viejo reloj de pared, Mateo quedó asombrado al ver que podía controlar el tiempo.

Girando la llave en una dirección detenía el tiempo, y en la otra lo hacía retroceder o avanzar. Emocionado por su descubrimiento, Mateo decidió explorar los innumerables usos de su llave mágica.

Con ella detenía el tiempo para salvar a un pajarito que había caído de su nido, retrocedía el tiempo para corregir un error en su tarea de matemáticas, y avanzaba el tiempo para disfrutar más unos momentos de diversión con sus amigos.

Pero un día, mientras jugaba con la llave, Mateo cometió un error: avanzó demasiado el tiempo y se encontró en un mundo desolado y sin vida. Desesperado, intentó retroceder, pero se dio cuenta de que había llegado demasiado lejos. Con valentía, decidió arreglar su error.

Utilizando la llave con sabiduría, Mateo cultivó la tierra, cuidó de los animales y ayudó a reconstruir el mundo. Poco a poco, la vida volvió a florecer, y Mateo aprendió una importante lección: el tiempo es un regalo, y debemos utilizarlo con responsabilidad y sabiduría.

FIN.

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