Mateo y sus buenos aptos


En un pequeño pueblo de Argentina vivía un niño llamado Mateo, un chico con mucha energía y curiosidad. A Mateo le encantaba explorar, aprender cosas nuevas y sobre todo, ayudar a los demás.

Un día, mientras jugaba en el parque, Mateo escuchó a dos adultos hablando sobre un concurso de talentos para niños que se iba a realizar en el pueblo.

Mateo no podía creerlo, ¡era la oportunidad perfecta para demostrar sus habilidades! Mateo sabía que era bueno en muchas cosas, pero no sabía cuál de sus talentos mostrar en el concurso. Decidió hablar con su abuelita, quien siempre tenía buenos consejos. -Abuelita, ¿qué crees que debería hacer en el concurso de talentos? -preguntó Mateo con entusiasmo.

-Bueno, Mateo, ¿por qué no muestras tus habilidades para contar cuentos? Siempre has sido muy creativo y tienes mucha imaginación -respondió su abuelita. Mateo se puso a pensar y al instante supo que era una gran idea.

Comenzó a practicar sus cuentos, imaginando mundos mágicos y personajes fascinantes. Llegó el día del concurso y Mateo subió al escenario con confianza. Comenzó a contar uno de sus cuentos y pronto todos los presentes estaban cautivados por su historia.

Al final, Mateo recibió un gran aplauso y el primer premio. Estaba feliz de haber compartido su talento con todos. A partir de ese día, Mateo siguió contando cuentos en el pueblo, llevando alegría a todos los que lo escuchaban.

Descubrió que sus buenos aptos no solo le traían alegría a él, sino también a los demás. Desde entonces, Mateo supo que siempre que compartiera sus talentos, podría hacer del mundo un lugar mejor.

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