Mathias, el dragón valiente



En el tranquilo pueblo de Arbóreas, donde los árboles susurraban secretos y las hadas danzaban al atardecer, nació un niño muy especial llamado Mathias.

Este pequeño tenía la particularidad de ser mitad dragón y mitad humano, lo que despertaba la curiosidad y el miedo en los habitantes del lugar.

Los padres de Mathias, preocupados por su seguridad, decidieron dejarlo al cuidado de una santa mujer mientras ellos iban en busca del sabio Guru de la Sabiduría para encontrar respuestas sobre cómo ayudar a su hijo. La santa mujer cuidaba amorosamente a Mathias, enseñándole a amar su dualidad y a valorarse tal como era.

Sin embargo, a medida que Mathias crecía, las palabras hirientes de algunas personas del pueblo comenzaron a lastimarlo. Lo llamaban "abominación", —"monstruo"  y otras palabras crueles que le rompían el corazón. El pequeño no entendía por qué lo trataban así si él solo quería ser aceptado y amado como cualquier otro niño.

Un día, mientras caminaba por el bosque entristecido por las burlas recibidas, Mathias se encontró con un anciano sabio que vivía en una cabaña oculta entre los árboles.

El anciano notó la tristeza en los ojos del niño y le preguntó qué le sucedía. Con voz temblorosa, Mathias contó cómo lo trataban en el pueblo. El anciano sonrió con dulzura y le dijo: "Mathias, eres único y especial.

Tu diferencia es tu mayor tesoro; no permitas que las palabras de quienes no te comprenden te hieran. Enfrenta la adversidad con valentía y demuestra al mundo tu verdadero valor". Mathias escuchó atentamente las palabras del anciano sabio y sintió renacer la esperanza en su corazón.

Decidió seguir sus consejos y enfrentar las burlas con bondad y comprensión. Poco a poco, gracias a su actitud amorosa e inquebrantable confianza en sí mismo, logró ganarse el respeto de aquellos que antes lo rechazaban.

Con el tiempo, Mathias se convirtió en un ejemplo de tolerancia y aceptación en Arbóreas. Su historia inspiradora recorrió todos los rincones del pueblo, enseñando a grandes y chicos la importancia de valorar la diversidad y celebrar aquello que nos hace únicos.

Y así, entre risas de hadas juguetonas y murmullos de árboles sabios, Mathias creció rodeado del amor y la admiración de quienes aprendieron a ver más allá de las apariencias para descubrir la verdadera belleza que mora en lo diferente.

FIN.

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