Mati y la lección del agua


Había una vez un niño llamado Mati que era muy travieso y le encantaba jugar todo el día.

Pero había algo en lo que no era tan bueno: ¡no le gustaba bañarse! Mati siempre encontraba excusas para no tomar su baño diario. Decía que estaba cansado, que el agua estaba fría o simplemente se escondía cuando llegaba la hora del baño. Un día, Mati decidió hacer una travesura aún más grande.

Se propuso a sí mismo no bañarse por una semana entera. Pensó que sería divertido ver qué pasaría si dejaba de lado la higiene personal. Pero a medida que pasaban los días, Mati comenzó a notar algunos cambios extraños en su cuerpo.

Su pelo se volvió grasoso y desordenado, sus manos empezaron a oler mal y sus amigos empezaron a alejarse de él. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, todos comenzaron a taparse la nariz y alejarse de Mati.

-¡Eww! ¡Qué olor tan feo tienes! -exclamó su amiga Lola. -¿No te has bañado en toda la semana? -preguntó su amigo Juanito con cara de asco.

Mati se sintió muy triste al darse cuenta de cómo su falta de higiene afectaba a las personas que quería. Comprendió que necesitaba cambiar esa actitud y aprender sobre la importancia del cuidado personal. Decidió pedirle ayuda a su mamá y juntos buscaron información sobre los beneficios del baño regularmente.

Descubrieron que lavarse adecuadamente ayudaría a mantener su piel sana, eliminaría gérmenes y malos olores, y permitiría que su cuerpo se mantuviera limpio. Mati también aprendió sobre la importancia de mantener una buena higiene bucal.

Su mamá le explicó cómo cepillarse los dientes correctamente para evitar las caries y tener un aliento fresco. Con toda esta nueva información en mente, Mati decidió hacer un cambio en su rutina diaria.

Desde ese día, se comprometió a bañarse todos los días y a cuidar su higiene personal. Pasaron unas semanas y Mati notó grandes cambios en su vida. Sus amigos volvieron a jugar con él sin taparse la nariz, e incluso recibió algunos elogios por lo bien que olía.

Pero lo más importante fue cómo Mati se sintió consigo mismo. Se sentía más seguro de sí mismo y tenía más energía para jugar durante todo el día.

Además, aprendió una valiosa lección sobre la importancia del cuidado personal y cómo eso afecta nuestras relaciones con los demás. Desde entonces, Mati siempre se aseguraba de tomar sus baños diarios y mantener una buena higiene personal.

Y así vivió felizmente sabiendo que estaba haciendo lo correcto para cuidar de sí mismo y de sus seres queridos. Y colorín colorado, esta historia ha terminado ¡y todos felices nos hemos quedado!

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