Matías y la lección de salud


Había una vez un niño llamado Matías que amaba jugar al aire libre. Siempre estaba corriendo y saltando, sin importarle el clima.

Aunque su mamá le decía que se abrigara bien para no enfermarse, él no le hacía caso. Un día de invierno, Matías se levantó emocionado porque había nevado durante la noche. Sin pensarlo dos veces, se puso sus zapatillas y salió a jugar en la nieve sin abrigo alguno.

"-Matías, ¿no te parece que deberías ponerte algo de abrigo? Hace mucho frío afuera", le dijo su mamá preocupada. "-No te preocupes mamá, estoy bien. Quiero disfrutar de la nieve", respondió Matías con una sonrisa.

Y así pasaron las horas mientras Matías jugaba felizmente en la nieve. Pero a medida que avanzaba el día, el frío iba calándose más y más en su cuerpo. Cuando regresó a casa por la tarde, Matías empezó a sentirse mal. Tenía fiebre alta y escalofríos.

Su garganta estaba muy irritada y apenas podía hablar. Su mamá lo llevó rápidamente al médico quien confirmó lo que ella temía: Matías tenía una fuerte gripe debido a haber estado expuesto al frío sin abrigo adecuado.

El doctor le explicó a Matías cómo el frío puede debilitar el sistema inmunológico y perjudicar su voz si no se cuida correctamente. Le recomendó descansar mucho, tomar medicamentos para bajar la fiebre y beber líquidos calientes para aliviar su garganta.

Matías estaba muy triste y arrepentido. No podía jugar ni hablar como antes, y se dio cuenta de que había aprendido una valiosa lección.

Desde ese día, prometió a sí mismo siempre escuchar los consejos de su mamá y cuidar su salud. Mientras Matías se recuperaba en casa, su mamá le contó historias sobre otros niños que habían pasado por situaciones similares. Les enseñó cómo el cuidado personal es importante para mantenernos sanos y felices.

Con el tiempo, la voz de Matías volvió a ser fuerte y clara. Aprendió a valorar su salud y a tomar medidas para protegerla adecuadamente.

Ya no jugaba desabrigado en invierno y siempre se aseguraba de estar bien abrigado antes de salir al aire libre. Matías entendió que escuchar a los demás y aprender de sus experiencias puede evitar problemas innecesarios. Valoró aún más el amor y la preocupación constante de su mamá por él.

Desde aquel día, Matías se convirtió en un modelo para sus amigos, compartiendo con ellos la importancia del cuidado personal. Juntos aprendieron sobre los peligros del frío extremo sin protección adecuada.

Y así, Matías vivió felizmente sabiendo que había aprendido una lección valiosa: escuchar a quienes nos quieren es una forma de cuidarnos a nosotros mismos. Y nunca más olvidaría ponerse abrigo cuando hace frío afuera.

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